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lunes, 13 de octubre de 2025
María José Arregui recoge su premio extraordinario en los Excelentes 2025 de ENCLM. Foto: Carmen Toldos.
María José Arregui recoge su premio extraordinario en los Excelentes 2025 de ENCLM. Foto: Carmen Toldos.
Premios Excelentes 2025 de ENCLM - 13 octubre 2025 - Toledo

María José Arregui, luchadora contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que ha presidido la Fundación Luzón hasta hace pocas fechas, realizó en la entrega de los Premios Excelentes de ENCLM una defensa férrea de la educación como «gran igualador» y se mostró orgullosa de que sus raíces «nazcan en pequeños pueblos».

Emprendió junto a su marido, Francisco Luzón, una la lucha por conseguir visibilizar la ELA y recaudar fondos para emprender proyectos de investigación para encontrar una cura, y que siguió en solitario cuando la ELA se llevó a conocido banquero.


Durante su intervención al recibir el premio extraordinario, agradó al público de los Excelentes con un precioso discurso después de recibir un premio que la «emociona profundamente». ¿Verdaderamente me lo merezco?, se preguntó, al tiempo que se mostró agradecida por sus «raíces» y por las «personas que me han acompañado».

 

En su defensa de las raíces, habló de Molina de Aragón (Guadalajara), su pueblo, en «la España despoblada, una tierra hermosa y dura que me enseñó que lo pequeño puede ser grande y que las oportunidades cambian destinos», y por ese motivo quiso recordar «con gratitud el instituto de mi pueblo».

«Gracias a él, los jóvenes de Molina de Aragón y alrededores pudimos estudiar y soñar más allá de nuestras fronteras. Poder acceder a una educación superior fue una puerta que me abrió el mundo», inició en un discurso en el que quiso reivindicar que «la educación es el gran igualador, nos hace ciudadanos libres, con pensamiento crítico y nos conecta con los ideales más altos que guían al ser humano».

Así, Arregui explicó que «esta educación me enseñó también el valor de la generosidad. De trabajar por causas que van más allá de uno mismo. En la Fundación Luzón luchamos por dar voz a las personas con ELA y promover la ciencia, convencidos de que no hay tarea más noble que acompañar y defender a los más vulnerables».

Por eso, lanzó un sueño que la haría feliz: «¿Y por qué no soñar que del instituto de Molina de Aragón algún día puede salir el joven o la joven científica que encuentre la cura para la ELA? Este premio pertenece a mi pueblo y pertenece también al Cañavate, Cuenca, lugar donde nació Francisco Luzón, y a todos los que en Castilla-La Mancha trabajan con entrega y dedicación por esta causa».

«Gracias a mi tierra por darme raíces profundas y alas para volar. Gracias por recordarme que aunque nuestras raíces nazcan en pueblos pequeños, nuestros sueños pueden ser infinitos», finalizó la molinesa en una discurso que desató el aplauso del público.

David Romero
David Romero

Periodista conquense. Redactor jefe de encastillalamancha.es. En este medio desde 2016. Escribo sobre política, medio ambiente, sucesos, economía…

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