La banda toledana Veintiuno recogió el galardón “Viva la Música” en la séptima edición de los Premios Excelentes organizados por ENCLM. Durante su intervención en la gala celebrada en el Palacio de Congresos “El Greco” de Toledo, su vocalista, Diego Arroyo, pronunció un discurso cargado de emoción y reivindicación por la cultura como motor de crecimiento colectivo.
Su reivindicación de una cultura viva, sostenida y compartida, conectó con el espíritu de los Premios Excelentes, que celebran el talento, la innovación y la dedicación de personas y entidades de Castilla-La Mancha.
“La excelencia es un fruto que hay que oxigenar”
Una de las frases que sobresalió entre los aplausos fue la metáfora que empleó el cantante toledano en la que reivindicaba que “la excelencia es un fruto que hay que oxigenar, cuidar y desparasitar”. Con ella, reclamaba que ese fruto no quede relegado a unos pocos, sino que se abra espacio para que otros talentos ocultos puedan emerger.
Además, el vocalista de Veintiuno aprovechó su intervención para reflexionar sobre el papel de la sociedad y las instituciones en el fomento del talento: «Sin iniciativa privada y sobre todo pública que favorezca la excelencia en aquellos campos que no tengan la posibilidad de germinar solos, no habrá excelencia. O peor, estará restringida a que solo algunos pueden alcanzarla».
También pidió medios y espacios para quienes luchan sin visibilidad, porque a su juicio «sin medios que rieguen camino y muestren y permitan que se vea el camino de lo que puede ser excelente nunca se verá la excelencia de nadie, y sin espacios que permitan que se ensayen, se pruebe y se demuestre la excelencia, la excelencia no sobrevivirá».
Orgullo toledano y humildad compartida
Durante su discurso, Veintiuno mostró su gratitud con el premio que les otorgaban esa noche, sacando pecho de sus raíces toledanas:
«Veintiuno nace a 8 km de aquí, somos toledanos, hemos tocado en 50 fechas, en recintos para 800 y hasta 15.000 personas y cada noche cuando acabamos en los conciertos decimos lo mismo: somos veintiuno y venimos de Toledo», confesaba durante su discurso.
A continuación, restó protagonismo a la banda para subrayar el valor simbólico del reconocimiento: «Este premio es un honor que recogemos con muchísimo orgullo, pero a partir de ya somos irrelevantes en este premio. La persona importante es la siguiente, y la siguiente que reciba ese premio.», cerrando su intervención con una llamada a la acción colectiva «Y para ello, será bueno que todos hagamos lo que tenemos que hacer.».
La intervención de la banda toledana dejó una idea clara: la excelencia no puede depender solo del talento individual, sino de una sociedad que crea las condiciones para que ese talento florezca.