Agustín Yanel
Cuando Carlos Mazón compareció ante los periodistas, el 3 de noviembre, debería haber dedicado buena parte de su intervención a las 237 víctimas de la DANA -229 en Valencia, siete en Castilla-La Mancha y una en Andalucía-, pero sólo les dedicó 30 segundos de los 20 minutos que duró su declaración sin preguntas. El resto lo ocupó en alabar lo bien que ha gestionado la recuperación tras los daños, en atribuir la responsabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez y decir que no les ha ayudado, en presentarse como víctima y en hacer varias afirmaciones falsas que contradicen lo que ya ha investigado una jueza.
El presidente de la Comunidad Valenciana debería haber dimitido hace un año, por la incompetencia que demostró al haber estado la tarde del 29 de octubre de 2024 en una comida con una periodista durante casi cuatro horas, y después una hora más que aún no ha aclarado, mientras varias localidades se inundaban y decenas de personas se ahogaban.
Diez versiones distintas sobre lo que hizo la tarde de la DANA
Pero, en vez de asumir su error y dejar el cargo, como le vienen exigiendo familiares de las víctimas y la ciudadanía en general, se ha dedicado desde entonces a despreciar a las principales asociaciones de familiares de las víctimas a las que durante meses no recibió, a echar balones fuera culpando a todo el mundo menos a él y su Gobierno y a mentir: él y su equipo han dado al menos diez versiones distintas sobre lo que hizo aquella tarde, desde las 15 hasta que llegó al Centro de Cooperación de Emergencias (Cecopi) a las 20:38 horas,
También mintió varias veces este último lunes durante su comparecencia, en la que anunció que dimite como presidente de la Comunidad Valenciana aunque seguirá de manera interina hasta que las Cortes Valencianas nombren a quien deba sustituirle -si Vox no lo acepta, irían a elecciones- y continúa como diputado autonómico.
El ahora presidente interino de la Generalitat valenciana dijo que la falta de ayuda por parte del Gobierno de Pedro Sánchez «en las dramáticas primeras horas fue clamorosa y sigue siendo hoy igual de clamorosa. Queríamos ayuda, la pedimos y jamás la recibimos». La realidad de lo que ocurrió desmiente esa afirmación: la Unidad Militar de Emergencias (UME) comenzó a desplegarse en la provincia de Valencia a las 15.41 horas de la misma tarde de las inundaciones, incluso antes de recibir las órdenes oficiales porque vieron que la situación era muy grave; hay imágenes grabadas en las que se ve, a las 18:00 horas de esa tarde, a agentes de la UME rescatando personas. Llegaron 1.100 soldados y en los días siguientes casi 7.000 más.
La UME intervino desde la misma tarde de la DANA
También dijo Mazón, y también mintió, que toda la reconstrucción lo están asumiendo ellos solos «si una sola aportación a fondo partido del Gobierno, con la mera insultante e increíble única autorización para endeudarnos más». ¿Cómo es posible que se atreviera a decir eso, sin siquiera ruborizarse, cuando sabe que es rotundamente falso? El Gobierno central ha aprobado 16.600 millones de euros en ayudas para la reconstrucción tras la DANA y, de ellos, ya ha gastado ocho mil millones. Podría haber criticado la tardanza en llegar las ayudas u otros asuntos, pero no mentir con tanto descaro. Parece que decidió morir políticamente mintiendo, porque en su lamentable declaración del lunes dijo unas cuantas falsedades más.
En el Partido Popular no van a criticar ni pedir responsabilidades a su líder, Alberto Núñez Feijóo, pero le también es responsable de que Carlos Mazón lleve un año al frente del Gobierno valenciano y haciendo daño a su partido. Si Feijóo hubiera querido, Mazón habría dejado de presidir la Generalitat valenciana tras su desastrosa actuación en este caso, y el PP valenciano no habría llegado a su situación actual: además de las peleas internas sobre quién debe sustituir a Mazón, con discrepancias entre el nombre que prefieren la dirección estatal y la autonómica del partido, la última palabra la tiene la ultraderecha de Vox.
Para sustituirle necesitan el apoyo de Vox en las Cortes valencianas. Santiago Abascal ya le ha dicho a Feijóo que ese apoyo no le va a resultar gratis, sino que dependerá del acuerdo al que lleguen en unas negociaciones. Y, por lo que se ha visto en los últimos años en varios gobiernos autonómicos y en muchos ayuntamientos, ya se sabe que cuando el PP y Vox pactan siempre se pierden derechos de la ciudadanía, sobre todo en inmigración, igualdad y medio ambiente, entre otros.