Llegó el día en el que el nuevo Estatuto Autonomía de Castilla-La Mancha ha sido el protagonista en el Congreso de los Diputados. En texto pactado por el PSOE y el PP regional sobre el que el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, ha celebrado que sea «consecuencia de un consenso amplísimo», tanto a nivel social, como en el aspecto político, donde cuenta con un «100 por cien» del respaldo «de los que creemos en el Estado constitucional autonómico».
De hecho, la toma en consideración del nuevo Estatuto ha sido votada también en el Congreso por todos los partidos, salvo por Vox, al igual que ocurrió en las Cortes de Castilla-La Mancha, pero antes de esa votación, Page ha subrayado en el hemiciclo que ese consenso «otras veces no ha sido así», en referencia a la última reforma, realizada de forma unilateral por el PP, que redujo la horquilla máxima de diputados en el Parlamento autonómico, pero que con esta reforma se ampliará a 55, aunque el pacto entre socialistas y populares implica que no se cambiará la ley electoral hasta después de las elecciones del 2027 y, en cualquier caso, necesitará una mayoría de tres quintos de las Cortes.
Hacer una España mejor
«Creíamos que el proyecto, o era de consenso o no era», ha abundado Page, quien ha añadido en su defensa del proyecto que «el estado de las autonomías no vino para hacer, ni más grande, ni más pequeña a España, vino simplemente para hacerla mejor, y con este Estatuto creemos que contribuimos a ese gran objetivo», ha expuesto Page durante su intervención en la Cámara Baja, en la que ha incidido en que se trata de «un proyecto plenamente leal al texto, al fondo, y leal al espíritu de la Constitución», al igual que lo ha sido “toda la andadura autonómica” en Castilla-La Mancha, ha rematado.
Así lo ha puesto de relieve el presidente regional “en un día importante para Castilla-La Mancha”, en el que ha recalcado que la «comunidad autónoma se ha consolidado como un hecho irreversible en el sentimiento y en el corazón de la gente». A este respecto, ha celebrado que esta tramitación parlamentaria permita elevar «al máximo rango legal el blindaje del estado del bienestar que durante estos últimos 40 años hemos ido construyendo» en la comunidad autónoma.
«Con esa intención venimos, con una convicción profunda de sentimiento autonomista», ha proseguido Emiliano García-Page ante los diputados y diputadas de la Cámara Baja, donde ha valorado que «el estado de las autonomías haya sido notablemente positivo para España», que, en las últimas décadas, ha traído «una mezcla preciosa de diversidad que alimenta y enriquece el crecimiento, y unidad en lo esencial, igualdad, en definitiva, en los grandes servicios públicos», ha reflexionado.
De esta manera, el jefe del Ejecutivo autonómico ha defendido la reforma de la «norma básica» de la Castilla-La Mancha, en una sesión en la que han intervenido los diputados regionales Ana Isabel Abengózar, por parte del PSOE; y Francisco Núñez, en representación del Partido Popular; y a la que ha asistido también el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido; el vicepresidente Primero de la Junta, José Luis Martínez Guijarro; y la consejera Portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla; entre otras autoridades.
