A casi dos horas de Guadalajara, en la comarca de Molina de Aragón, antes de llegar a municipios más conocidos como Checa y Orea, nos encontramos con Chequilla, un pequeño pueblo que parece un parque geológico o un museo de piedra al aire libre gracias a los espectaculares monolitos de arenisca roja que rodean el municipio.

Monolito Chequilla Foto: Turismo Castilla-La Mancha
Estos monolitos y torreones de areniscas, también llamados «Las Quebradas» se han creado de la erosión del viento y el agua y han formado una pequeña «ciudad encantada». Sus casas encaladas en blanco, construidas dentro de las rocas, recuerda a algunos pueblos de Andalucía, el clima de la zona ya no recuerda tanto al sur de la Península Ibérica.
Las rocas son parecidas a las que aparecen en la Sierra de Caldereros o el Barranco de la Hoz. Se depositaron en enromes sistemas fluviales del Triásico, hace alrededor de 240 millones de años, bajo un clima árido que provocó la oxidación de los minerales de hierro, responsables del color rojo las rocas. Es uno de los reclamos del Geoparque de Molina de Aragón en su turismo de piedra.
Se encuentra, como su vecina localidad de Checa, a orillas del río Cabrillas y dentro de la ruta del Camino del Cid. Muchos son los visitantes que paran en el municipio para hacer una foto desde las afueras para ver el contraste entre los monolitos rojizos y las casa blancas, o meterse en el pueblo para ver las formaciones geológicas desde la base. Una vez allí también se puede visitar la iglesia de San Juan o la particular plaza de toros, en donde las gradas son bloques de piedra que cada 20 de agosto disfrutan sus vecinos.

Monolitos Carretera Foto: Camino del Cid
Como llegar
Desde Guadalajara coges la A-2 camino de Zaragoza, sales en el kilómetro 135, en el desvío de Alcolea del Pinar camino de la N-211 a Molina de Aragón, ahí coges la CM-210 y a la altura de Baños de Tajo coges la CM-2111 hasta llegar a Chequilla.
