En un pueblo de la comarca de la Jara, Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo), hay una bonita historia que contar, que esas que demuestran que el destino puede tomar recovecos muy caprichosos en la vida de las personas, como se narra en el programa ‘Yo me quedo aquí’, de CMMPlay.
Es el caso de Danielle, nacida en Espíritu Santo (Brasil), de 37 años. Lleva unos 20 años viviendo en España. Antes de residir en este pueblo toledano trabajaba en el sector de la hostelería en Madrid, pero desde hace dos que vive en Aldeanueva de San Bartolomé, un pueblo de 414 habitantes.
¿Por qué no regentar la antugua quesería?
Se da la circunstancia de que su marido es de Aldeanueva. A Danielle, tras unas visitas desde Madrid al pueblo de Jorge, su esposo, le gustó y, dado que es de espíritu emprendedor, le surgió la oportunidad de regentar la antigua quesería del pueblo. El sosiego de este, la tranquilidad de que disfruta su hija para jugar entre las calles… Danielle acabó quedándose en Aldeanueva de San Bartolomé.
La idea de regentar la quesería surgió de una conversación en la que se lo plantearon. A Jorge y a Danielle les pareció bien. Jorge dejó su trabajo de 18 años de taxista en Madrid… y a hacer quesos en Aldeanueva. Los dos iban muchos fines de semana al pueblo, donde vivía la madre de Jorge, ya fallecida, ya que a él le gusta mucho.
Se conocieron cuando ella trabajaba de camarera
Danielle y Jorge se conocieron gracias al trabajo de ella, camarera en Madrid. Cliente habitual, ella dice que «era el cliente que más gastaba». «¡No digas eso!», dice él, quien admite que fue él quien inició el cortejo: «Me gustaba. Empezamos a salir y aquí hemos terminado».
Decidieron ir a Aldeanueva de San Bartolomé una vez que tuvieron a María. Jorge cuenta que Danielle se quedó un verano con el trabajo de cuidar la piscina del pueblo, le gustó, y siguió trabajando en otro bar antes de que los antiguos dueños de la quesería, «personas excelentes», que se iban a jubilar, les ofrecieron seguir con el negocio. Consideraron que «merecía la pena» y dijeron que sí. El maestro les enseñó a hacer el queso, ya que ellos no tenían ningún conocimiento previo: «Me lo enseñó todo en poco tiempo. Fue duro conmigo, pero muy bueno», confiesa Jorge, quien conoce la fórmula secreta del queso, compartiéndola con Gerardo, el propietario de la quesería.
Además de en el obrador, Danielle trabaja en una tienda que han puesto, en la que de vez en cuando prepara unas catas de queso para ofrecérsela a las vecinas, con las que comparte quesos semi-curados (de leche pasteurizada, sin gluten), curados y añejos (de nueve meses).
A Danielle le gusta vivir en Aldeanueva de San Bartolomé por «la calidad de vida y tener más tiempo para disfrutar y conciliar» para estar con su hija.