Minas de Almadén y Arrayanes (Mayasa), dependiente de la SEPI, ha aprobado un plan estratégico que reformula su modelo de negocio con el fin de garantizar su sostenibilidad económica, social y ambiental. La hoja de ruta contempla una inversión de 12,7 millones de euros hasta 2032, según ha informado la empresa.
El plan apuesta por impulsar los negocios turísticos y agropecuarios, así como por mantener las capacidades técnicas que se desarrollan en el Centro Tecnológico del Mercurio, ubicado en Almadén. La compañía señala que su objetivo es avanzar hacia la rentabilidad promoviendo, entre otros activos, el potencial de la Dehesa de Castilseras y del parque minero de Almadén, un enclave declarado Patrimonio de la Humanidad y considerado patrimonio histórico nacional por su relevancia en la actividad minera.
La inversión prevista se destinará a la optimización y diversificación de estos negocios, con la intención de que Minas de Almadén continúe siendo un foco de empleo y riqueza para la comarca. La empresa prevé, además, que su cifra de negocio alcance los 8 millones de euros al cierre del periodo estratégico.
El plan supone la transición definitiva desde un modelo centrado en la venta de mercurio hacia una explotación más eficiente de los dos grandes activos de Mayasa: la dehesa y el parque minero. A esto se suma la continuidad del trabajo tecnológico ligado al Centro del Mercurio.
Como ejes estratégicos, la empresa incluye la adaptación del modelo laboral a la nueva estructura productiva y un proceso de transformación digital y tecnológica para mejorar la eficiencia económica y administrativa. Mayasa subraya que esta modernización se realizará manteniendo los puestos de trabajo y reforzando su compromiso con la sostenibilidad.