El sector porcino se ha consolidado como uno de los pilares agroalimentarios más relevantes de Castilla-La Mancha, tanto por su peso económico como por su papel en la vertebración del medio rural.
La región se sitúa entre las principales comunidades autónomas españolas en producción porcina. La actividad genera miles de empleos directos e indirectos, especialmente en zonas rurales, donde el porcino constituye un elemento esencial para fijar población y mantener la actividad económica.
Las provincias de Toledo, Ciudad Real y Albacete destacan por su elevada concentración de explotaciones y su potente industria cárnica asociada. Este entramado empresarial contribuye significativamente al PIB agrario regional y al valor añadido del sector alimentario.
Peste porcina africana
Por ello, la aparición de la peste porcina africana ha generado gran incertidumbre en el sector, tanto en explotaciones ganaderos como en el relevante sector industrial.
Medidas de bioseguridad
Ante esta situación, el grupo de investigación Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha, en colaboración con INTERPORC (Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca), ha desarrollado un informe exhaustivo sobre las medidas de bioseguridad necesarias para prevenir la entrada y propagación de este virus en las explotaciones ganaderas
Advierten que, en el contexto actual, esta enfermedad representa una amenaza significativa para la sanidad animal y la industria porcina en Europa.
Evaluación de la Ganadería X
El informe se centra en la evaluación de la Ganadería X, una explotación dedicada a la producción de lechones con un censo de 3.576 animales. Aunque la granja presenta buenas prácticas de bioseguridad interna, se identificaron algunos puntos críticos en la bioseguridad externa que requieren atención para minimizar los riesgos de interacción con la fauna silvestre y la posible entrada del virus.
Principales riesgos identificados
-Vallado perimetral e interior: Aunque el vallado está en buen estado, se detectaron riesgos como la vegetación alta en la base, accesos permeables al jabalí y partes del vallado interior sin fijar al suelo.
-Entorno de la explotación: Se encontraron indicios de presencia de jabalíes, como huellas y una baña cerca del vallado. Además, una charca cercana no está completamente vallada, lo que la hace accesible a la fauna silvestre.
-Entrada de animales: La llegada de animales de diferentes orígenes y múltiples entradas anuales incrementa el riesgo de introducción de patógenos.
-Gestión de vehículos: El acceso de vehículos de cadáveres y purines por el mismo camino que otros vehículos representa un riesgo de contaminación.
-Consumo de productos derivados del porcino: Aunque se realiza en un comedor habilitado, esta práctica puede ser una vía de entrada de patógenos.
-Fuga en el sistema de refrigeración: Un cooler defectuoso en la nave de maternidad genera un charco que puede atraer fauna silvestre.
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Medidas de bioseguridad propuestas
El informe detalla una serie de medidas para mitigar los riesgos identificados, entre las que destacan:
-Incrementar la frecuencia de revisión del vallado y eliminar la vegetación en su base.
-Impermeabilizar accesos permeables y fijar el vallado interior al suelo.
-Vallado de la charca cercana y aumento de la presión cinegética sobre el jabalí.
-Garantizar el origen seguro de los animales de reposición y realizar pruebas diagnósticas en la entrada y salida de cuarentena.
-Desinfectar los vehículos externos y habilitar caminos alternativos para el acceso de vehículos de cadáveres y purines.
-Prohibir el consumo de productos derivados del porcino en el interior de la explotación.
-Reparar la fuga en el sistema de refrigeración para evitar atraer fauna silvestre.
Este documento es una herramienta valiosa para los ganaderos y profesionales del sector porcino, ya que proporciona un análisis detallado y recomendaciones prácticas para prevenir la entrada y propagación de la peste porcina africana.
