A unas dos horas de Guadalajara capital, en la comarca de Molina de Aragón, nos encontramos con Checa, uno de los pueblos más bonitos de la provincia alcarreña que tiene el agua como protagonista en sus calles, y podríamos denominarlo como la «pequeña Venecia» de España
El Río Genitoris parte a la población de Checa en dos barrios, y está cruzado por cinco puentes de piedras, que le confieren un encanto a la villa. , A diferencia de la localidad italiana, en Checa no se puede recorrer en góndola, pero caminando junto al río puedes apreciar la belleza del municipio.

Checa Foto: Turismo Castilla-La Mancha
Checa, es un tesoro natural, histórico y etnográfico en el corazón del Parque Natural del Alto Tajo, se sitúa a una altitud de 1363 metros sobre el nivel del mar y ocupa una extensión de 189,78 km², siendo uno de los municipios más extensos de Castilla-La Mancha.
El territorio checano es abrupto y montuoso, sobre todo en Sierra Molina, y está surcado por los ríos Cabrillas, Genitoris, Hoz Seca y Tajo. Precisamente el curso del río Tajo, infranqueable e inaccesible, hace de límite con las provincias de Teruel y de Cuenca.
En él convergen las ramblas del Hoz Seca y Villarejo, que atraviesan Sierra Molina, portando al Tajo un gran caudal de aguas por debajo de tierra. De ahí el dicho de que “el Tajo lleva la fama y el Hoz Seca el agua”.
Que visitar
Una vez llegado a Checa y disfrutado del encanto de sus calles, de su casco histórico y de la iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, del siglo XVII, bien merece una visita al entorno, y en varias zonas el agua sigue siendo la protagonista como en Aguaspeña o en la Fuente de los Vaqueros:
–Aguaspeña es un edificio tobáceo en construcción. El agua de lluvia disuelve las rocas calizas que predominan en el entorno y provoca la proliferación de tuberías, oquedades y numerosas grutas, que constituyen otro atractivo de la comarca. Cuando el agua subterránea aflora a la superficie y forma manantiales el carbonato cálcico precipita y, al solidificarse, forma la toba calcárea, una roca muy porosa que construye en ciertos lugares espectaculares monumentos minerales como este, recubiertos a menudo por musgos y diversos tipos de vegetación.

Aguaspeña Foto: Ayuntamiento Checa
-El Área recreativa “Fuente de los Vaqueros”, precioso paraje donde pasar una agradable jornada rodeados de majestuosos pinos, fuentes y puentes que dotan al lugar de una especial singularidad.
-A 1,5 km al sur de Checa, frente al Aguaspeña, encontramos el Yacimiento Arqueológico de Castil de Griegos y la Necrópolis del Puente de la Sierra.
–La Tejera, enclave de interés Geológico, a menos de 1 km del pueblo, donde se pueden conocer y aprender los secretos de las rocas, algunas muy singulares e incluso únicas como el Dropstone, roca arrastrada por un glaciar hace millones de años y los Graptolitos, fósiles de pequeños seres marinos que han llegado hasta nosotros como pequeñas marcas grises de formas aserradas sobre las negras pizarras.
Tradición en Checa
La ganadería ha sido muy importante en este municipio de Guadalajara, por eso se creó el Museo de la Trashumancia para recordar esa importancia. El museo se ubica en el edificio de las “Antiguas Escuelas”, en un lateral de la Plaza de Lorenzo Arrazola.
Es un interesante centro de interpretación, configurado como un espacio temático donde podemos aprender cómo era la vida tradicional de los ganaderos y de la trashumancia, así como diferentes aspectos de la vida natural y cotidiana de los habitantes de esta privilegiada zona. Es por ello, que tiene un sentido eminentemente pedagógico, y que comulga con el espíritu de difundir el rico patrimonio paisajístico y cultural checano.
En los espacios destinados tradicionalmente a eras y pajares, situados al Este de Checa, todavía quedan algunos buenos ejemplos de era cubierta con guijarros que forman motivos geométricos. Por otra parte, los pajares de la sierra, en torno a un centenar, se encuentran dispersos por toda la sierra. Son auténticas casas de labranza, donde muchos checanos habitaban desde mayo a septiembre.
Según la época del año, el río Genitoris y el río Tajo lleva más o menos agua por la lluvia o por las nevadas, pero siempre tienen el encanto especial que producen que la visita a Checa sea muy recomendable.

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