Cuando desde hace años los españoles le contaban al CIS que el principal problema del país eran los políticos se veía venir una noche como ésta, aunque nadie podía decir entonces cuántos colores tendría el puzzle y menos aún el tamaño de cada pieza.
Cuando desde hace años, más del 80 por 100 de los españoles le explicaban con amargura al CIS que el colectivo peor valorado por ellos eran los políticos y los partidos políticos, se estaba avecinando una tormenta como la del 20-D.
El último año y medio ha sido un reguero de pistas (avisos que diría Aznar), primero en las elecciones europeas, luego en autonómicas y municipales, hasta dibujar un escenario político en el país nunca antes conocido y aparentemente ingobernable.
Por supuesto, volvieron a fallar las encuestas, ninguna suma de dos da mayoría absoluta.
Y, ahora, ¿qué?
Quizás haya Gobierno, pero se aventura una legislatura corta, compleja e inestable. Eso si es que llega a ser legislatura y no hay que volver en breve a las urnas. Todo está por ver en estos momentos y casi todo es posible e imposible, al mismo tiempo.
Así las cosas, me centraré en los resultados en Castilla-La Mancha, donde las cosas desde el prisma regional están más claras y dan suficientes pistas sobre cómo van las cosas por aquí.
El PP vuelve a ser el partido más votado en unas elecciones generales en Castilla-La Mancha, pero se lleva un bofetón de aúpa. Si en las autonómicas de mayo perdieron más de 151.000 votos con respecto a 2011, en las generales la sangría ha sido de ¡más de 200.000!, un 20 por 100 de los electores que les dieron el sí hace 4 años ahora les han dicho adiós en esta comunidad autónoma.
La secretaria general, María Dolores de Cospedal, implicada hasta los tuétanos en la campaña, no ha conseguido mejorar las expectativas y, de hecho, en la provincia que ella encabeza, Toledo, es una de las que el PP ha perdido más diputados y votos, lo que unido a la contrariedad de ver fuera del Congreso a Agustín Conde, supone un serio revés. El toledano es en la actualidad uno de los viceportavoces del Grupo Popular, pero Arturo García-Tizón, con más galones, lo desplazó al número 3 de la lista y se ha quedado sin escaño.
Minutos después de confirmarse el resultado, Conde, siempre dispuesto a dar la cara, ha cogido el micrófono para anunciar que deja la política. No sé si eso será exactamente así o alguien lo impedirá, pero no está dispuesto a mendigar y ha demostrado más dignidad que otros que siguen ahí aferrados al escaño o al sillón, según los casos y con menos méritos y/o capacidad que él. La política tiene estas cosas.
El caso es que el PP partía en Toledo con 4 escaños de los 6 que elige esta provincia y se ha quedado en 2, lo mismo que el PSOE, que iguala los resultados de 2011 y los que pierden los “populares” van a Ciudadanos y Podemos.
El PSOE, aún a más de 100.000 votos del PP en la generales, mantiene número de escaños y retrocede dos puntos con respecto al ya desastroso resultado de 2011. Su dato, no obstante, ha sido de los mejores porcentajes conseguidos por el PSOE en España. En esta región los socialistas suelen ganar las autonómicas y perder las generales. Este año han perdido las dos, pero en el primer caso han conseguido el Gobierno y en el segundo han visto que el PP sale muy herido de esta contienda. Desde la Junta el PSOE se asienta, como era previsible, y el PP sigue de bajada.
Ciudadanos aprovecha la sangría del PP y se coloca tercero, por delante de Podemos, que con un PSOE que resiste bien en Castilla-La Mancha dadas las circunstancias, pasa a la cuarta posición. Es lo contrario de lo que ocurrió en las autonómicas. Ahora ambos partidos están prácticamente empatados, solo les han separado unas décimas y han recibido más respaldo del que lograron en las elecciones regionales de mayo. Pero Ciudadanos ha remontado los más de 10.000 votos que el sacó Podemos en las autonómicas y le ha superado, casi doblando las papeletas logradas 7 meses atrás en esta comunidad. Además, ha pasado de no tener ningún diputado regional, frente a los dos de Podemos; a conseguir tres escaños naranjas para el Congreso por uno morado.
En cualquier caso, queda claro que ni a los naranjas, ni a los morados les han castigado sus pactos con PP y PSOE, otra conclusión local del 20-D.
Como también lo es que Castilla-La Mancha sigue siendo tierra de acogida para el bipartidismo, que pasa del 65 por 100, pero pierde 10 puntos con respecto al respaldo logrado en autonómicas.
Lo dicho, así las cosas… Y, ahora, ¿qué?.