La tormenta que tuvo en vilo a los municipios de Hellín (Albacete) y Jumilla (Murcia) el pasado sábado ha dejado serios daños en gran parte de los viñedos situados entre el suroeste y el sureste de la Denominación de Origen Protegida Jumilla, afectando a más de 4.700 hectáreas de viña y un total de 20.000 de tierras de cultivo.
La granizada entró por las pedanías de Hellín, al suroeste de la Denominación de Origen, afectando a Las Minas, con mayor virulencia, y a Agramón, donde ha dejado pérdidas millonarias en infraestructuras del sector agrícola.
En Jumilla, la Oficina Comarcal Agraria calcula en un 65% de media los daños en parcelas de viñedos, con una pérdida de valor medio de producción de 35 millones de euros.
Solicitud de zona catastrófica
Los ayuntamientos de Hellín y Jumilla están gestionando la solicitud de zona catastrófica. La secretaria de la DO Jumilla, Carolina Martínez, detalla que “la tormenta del sábado venía desde la Sierra del Segura, en la zona de Letur, y la nube fue barriendo por todas las pedanías de la parte sur de Hellín, el casco urbano de Jumilla, llegando hasta Pinoso y Yecla. Durante su trayectoria fue descargando granizo, unas veces acompañado de agua y otras no, afectando a la casi totalidad del viñedo que se encontraba a su paso. En otras zonas del término municipal, hay daños menores, y como el territorio de la DOP Jumilla es tan grande, hay muchas otras áreas que no se han visto afectadas”.
Incidencia en la cosecha
Los daños ocasionados por el granizo sobre las vides recién brotadas van desde la pérdida de parte del follaje hasta la destrucción total de los brotes, en la mitad sur de la Denominación de Origen, lo que incidirá en la cosecha final.
“La planta puede volver a brotar, una vez salga de su letargo en el que se encuentra tras el daño, pero será muy complicado que vuelva a aportar fruta, por lo que podemos declarar la cosecha prácticamente perdida”, indican viticultores afectados.
Desde la organización agraria COAG Jumilla apuntan que hay otros daños materiales de gran envergadura en las parcelas, especialmente las de pendiente acusada, como roturas de elementos estructurales, arrastre de tierras y pérdida de la capa fértil.