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miércoles, 30 de abril de 2025
Testimonios de ciudadanos de Toledo tras el apagón
Testimonios de ciudadanos de Toledo tras el apagón
Testimonios de una jornada insólita - 30 abril 2025 - Toledo

El gran apagón eléctrico que afectó el pasado lunes a España y Portugal y que durante horas mantuvo en vilo a la población ha dejado recuerdos y sensaciones inolvidables en los ciudadanos de Toledo y en los reponsables de abastecer a la ciudad de servicios esenciales como la alimentación o los medicamentos. Encastillalalamancha.es repasa junto a algunos de ellos esa jornada.

Los suministros en un supermercado

Abel Cano Elviso, responsable del supermercado La Despensa, ubicado en el casco histórico de Toledo, nos cuenta que por la tarde pudieron abrir, tras parar a las 13:30, porque fueron informados de que sus generadores les iban a dar suficiente energía.


Confiesa que tuvieron, respecto al tema de los suministros, ciert0 «miedo, porque almacén no tenemos mucho: lo que teníamos en la tienda era lo que había, no teníamos para ofrecer más». Abel explica que la situación ya está completamente normalizada.

El caos de los pagos

En la gasolinera Repsol ubicada en la carretera de Madrid, a la entrada de Toledo, nos hablan del caos para que se pudieran efectuar los pagos, ya que la electricidad era fundamental ante la tendencia actual del pago con tarjetas, y que les sivió la ayuda de pequeños generadores proporcionados.. Colas de vehículos que, poco a poco, han disminuido, y cierto nerviosismo ante la inesperada situación.

Foto: Rebeca Arango.

«Me recordaba mucho a la pandemia»

Beatriz González Álvarez, responsable de la farmacia que lleva el mismo nombre en la calle Hombre Palo, en pleno casco también de Toledo, explica que «fue muy caótico, porque no había medios para comunicarnos unos con otros».

«No supimos cómo gestionarlo y suministro no había, porque no podíamos emitir el pedido, al no haber red electrónica. No había manera de que pidiéramos los medicamentos que necesitábamos y no sabíamos el precio de los medicamentos porque no vienen en la caja».

Cuenta que en esos momentos, «gente se empezaba a poner nerviosa y no podíamos dar una explicación». «Percibíamos miedo y un poquito de confusión. Había mucha incertidumbre, mucho miedo, porque era la primera vez que estábamos tanto tiempo sin luz…», cuenta, mientras con cierta resignación explica que «íbamos un poco sobre la marcha. Me recordaba mucho a la pandemia».

Beatriz, no obstante, reconoce que sus compañeros y ella, ante los temores de los clientes, más que temor, sentían «confusión».

 

¿Un ciberataque?, ¿un atentado?, ¿una broma?

“A las 12:33 se nos fue completamente la luz”, explica Javier Orgaz, representante de la Cafetería Miguel Ángel, y, tras esperar un tiempo, “aproximadamente, a las 15:00-15:15, llegó ya la información de que el apagón podía alargarse hasta última hora de la tarde o noche, y decidimos cerrar”. El hostelero recalca las pérdidas conllevadas y “las molestias causadas”.

«La información llegaba de forma muy confusa» e «información fidedigna no tuvimos hasta muy metido el mediodía», explica.

Teorías, nos cuenta Javi, que le llegaron muchas: «Todas las que quieras escuchar: desde un ciberataque, un atentad0, una avería… Cualquier cosa se podía oír en esos momentos. Y así siguió hasta última hora. Yo creo que todavía hoy seguimos con lo mismo… ”.

Raquel Albacete es propietaria, junto a su marido Rafa, de la pescadería del Mercado de Abastos de Toledo. Explica que, ellos, al ser un lunes y trabajar pescado fresco, no se vieron afectados porque estaban cerrados, pero si lo siente por sus compañeros de otros comercios en el mercado, que «se vieron obligados a cerrar a las 13:30».

Se le que queda grabado el problema de que no «te podías comunicar, ni siquiera por el teléfono» y aprovechaba que, en algún momento, se «metía en el coche para escuchar la radio».

«Al principio, cuando me llamó mi hijo para decirme que pasaba en toda España», por un lado, «pensé que era una broma», y, por otro, se «asustó y pensé algunas cosas un poco raras».

Juan Mora, vecino de Toledo, se fue a caminar durante unas horas y al regresar a casa se encontró con la sorpresa. «El problema fue subir al sexto piso y sin funcionar el ascensor». Al llegar arriba, «me lo tuve que tomar muy en serio».

Comida y cena improvisadas (judías de bote, jamón, un poco de pan…)  y pasar la tarde de sol en la terraza, ese fue su plan del día. Habla con cierto sarcasmo y sentencia, con buen humor, que fue «un día memorable, estupendo, pero que no vengan más».

La «psicosis» de empezar a comprar como locos, pensar que «era algo de los rusos»…

Milagros García, propietaria de “Alimentación Mila”, explica que para ella, el apagón “fue un caos completamente, y que, aparte, la gente empezó a entrar en psicosis, se pensaba, como en la pandemia, y empezó a comprar como loca». Como va todo por luz, las clientas le trajeron básculas para poder pesar la fruta y tenía que hacer a mano «las cuentas, como antiguamente».

Milagros, al final estuvo todo el día con la tienda abierta, porque justo cuando iba a cerrar llegó la luz, y ya se quedó, explica entre risas. También nos cuenta sus temores de que, si no llegaba la luz antes de la noche, «iba a venir un ladrón y no saltar las alarmas…», pero, sonriente, sentencia, que, afortunadamente, «todo salió bien»

Roberto Sánchez, propietario del estanco, destaca que lo que más les perjudicó fue que «al no haber red, no se podía echar absolutamente nada de lotería» en su establecimiento y que, estuvieron trabajando todo el día (por la mañana, por ejemplo la gente compró más cantidad de tabaco).

A partir de las 20:00 horas tuvieron que cerrar porque ya no se podía ver «nada con la luz natural» que se iba marchando.

Por último, hablamos con Miguel Ángel, conocido empleado de los servicios municipales de Limpieza de Toledo que recorre todas las mañanas, las calles del casco histórico. Nos cuenta que «me pilló de sopetón, estaba trabajando, me enteré por la gente de la calle». «Pensé que era algo de los rusos, la verdad», confiesa, entre risas.

No obstante, a ellos no les afectó el apagón especialmente en el trabajo, ya que las máquinas estaban completamente cargadas. Si hubiera durado más tiempo la falta de suministro, «no hubiéramos podido trabajar, es el problema de tener todo eléctrico, no podríamos hacer nada».

 

Rebeca Arango
Rebeca Arango

Madrileña, licenciada en Ciencias de la Información, rama Imagen Visual y Auditiva, por la Universidad Complutense de Madrid. Especializada en fotografía de reportaje local y regional, ha desarrollado, y desarrolla, toda su vida profesional en Castilla-La Mancha, principalmente en Toledo.

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