La primera y única panadería que ha tenido Pueblonuevo del Bullaque, un pueblo de colonización franquista de alrededor de 100 habitantes y perteneciente a Retuerta del Bullaque, en la provincia de Ciudad Real, reabrió en 2022 tras permanecer siete u ocho años cerrada por jubilación. Desde entonces, el histórico establecimiento ha funcionado como obrador artesanal de dulces, recuperando recetas familiares que se han elaborado en el pueblo desde 1960 y que se han transmitido de generación en generación durante más de seis décadas.
El negocio ha sido parte de la historia del municipio desde sus orígenes. Los abuelos de Piedad Ayuso, nieta de colonos, comenzaron a elaborar pan y dulces poco después de que las primeras familias se asentaran en la localidad a finales de los años cincuenta. Entonces, Pueblonuevo del Bullaque concentraba numerosas viviendas y la panadería daba servicio tanto al propio pueblo como a los alrededores.
La tradición venía de más atrás. Antes incluso de llegar al municipio, los antepasados de Piedad ya habían sido panaderos. Hoy, cinco generaciones después, el oficio ha seguido vivo en la familia. «Mi bisabuela ya era panadera y ahora mi hija es la quinta generación», explicaba la propietaria en una reciente entrevista, que está al frente del obrador.
La panadería cerró cuando se jubilaron sus padres, dejando al pueblo sin su único horno durante varios años. La demanda vecinal y el deseo de que aquellos dulces no desaparecieran fueron decisivos para que el local volviera a abrir en 2022, adaptado a una nueva realidad y centrado exclusivamente en la repostería tradicional.
Desde entonces, el obrador retomó recetas originales de su bisabuela, entre ellas las empanadillas de cabello de ángel, una elaboración que se había dejado de hacer por el tiempo y el esfuerzo que requiere. Piedad decidió recuperarla tal y como se hacía antaño, respetando los procesos y los ingredientes.
Con todo el dolor de su corazón, Piedad tuvo que renunciar a volver a hacer pan. La elaboración diaria exigiría más tiempo y más mano de obra, algo incompatible con el funcionamiento actual del negocio. Aun así, el obrador ha logrado que los dulces tradicionales vuelvan a circular por el pueblo y lleguen también a municipios cercanos.
Pueblo de colonización
Pueblonuevo del Bullaque se encuentra junto al río Bullaque y a los pies del embalse de Torre de Abraham. Hoy vive principalmente de la agricultura, impulsada por el plan de regadíos ligado al pantano, con el maíz como cultivo principal, y del turismo rural, con numerosas casas rurales en su entorno.
Antes de convertirse en pueblo, estas tierras habían pertenecido a grandes fincas como La Toledana, propiedad del duque de Calabria, y Cabañeros, de la familia Aznar. Parte de esos terrenos fueron expropiados en 1956 para dar lugar al nuevo núcleo de población, creado por el Instituto de Colonización.
Casi siete décadas después de su fundación, el horno no ha vuelto a encenderse para hacer pan, pero sí para rescatar una memoria dulce que forma parte de la identidad del pueblo y que se ha negado a desaparecer.
