En el corazón de la provincia de Ciudad Real, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Viso del Marqués guarda un secreto que sorprende a todo visitante. Un cocodrilo disecado, originario del río Nilo, cuelga de su interior como testigo de una historia que mezcla mito, religión y aventura naval.
Este reptil, conocido popularmente como «el lagarto del Viso», ha protagonizado leyendas locales desde hace siglos. Una de las más extendidas sostiene que fue traído desde Egipto por el primer Marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán, como advertencia simbólica de que había que guardar silencio en el templo. Otra versión asegura que el animal fue hallado en la sierra, causando tal terror entre los habitantes que fue necesaria la intervención de las autoridades para acabar con él.
Lo cierto es que los estudios coinciden en señalar que se trata de un auténtico cocodrilo del Nilo, traído a España en el siglo XVI, un tiempo en el que nadie en esta parte de La Mancha había visto jamás un animal así. La pieza permaneció durante siglos sujeta al techo de la iglesia, hasta que el terremoto de Lisboa de 1755 provocó el derrumbe parcial del templo y el cocodrilo quedó sepultado bajo los escombros. En 1995 fue restaurado, recuperando su singular lugar dentro del patrimonio local.
Justo al lado del palacio renacentista de Viso del Marqués
El templo se encuentra justo al lado del palacio renacentista de los Marqueses de Santa Cruz, que alberga hoy el Archivo-Museo Álvaro de Bazán, convertido en Archivo General de la Marina. Este enclave monumental, construido entre 1564 y 1586, atrae anualmente a más de 20.000 visitantes, consolidándose como uno de los principales atractivos turísticos de la comarca.
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Para reforzar esta identidad única, el municipio ha instalado en una de sus rotondas una escultura metálica del cocodrilo, réplica artística elaborada en acero. La figura recibe a quienes entran al pueblo desde 2020, y no pasa desapercibida. Muchos conductores se preguntan al verla qué historia encierra este animal en un municipio manchego.
La escultura, que busca una representación artística fiel, ha sido elaborada a partir de una detallada documentación visual. Su instalación ha contribuido a reforzar el atractivo turístico del municipio, convertido en un destino donde el arte, la historia y la curiosidad se dan la mano.