El molino «Inca Garcilaso» de Campo de Criptana ha recuperado su imagen y estabilidad estructural tras las obras de rehabilitación acometidas en los últimos meses, que quedarán concluidas la próxima semana y que han permitido reparar los importantes daños sufridos durante la DANA de julio de 2025.
La intervención se ha centrado en la rehabilitación de las aspas, con el uso de materiales adecuados, el arreglo de los elementos dañados y la sustitución de teleras y listones, además de la reinstalación del sistema de aspas y del eje del molino.
Los trabajos han contado igualmente con seguimiento arqueológico, que ha incluido la redacción del proyecto de actuaciones, visitas periódicas de obra y la elaboración de la memoria final, garantizando el respeto a la protección integral de este bien patrimonial.
El molino «Inca Garcilaso» forma parte del Sitio Histórico de la Sierra de los Molinos y el barrio del Albaicín, un enclave singular que conserva diez molinos de viento harineros, de los hasta treinta que llegaron a funcionar entre los siglos XVI y XX, y que constituyen una de las imágenes más reconocibles del paisaje manchego desde su vinculación literaria con Miguel de Cervantes.
Estas construcciones, consideradas ejemplos de arquitectura preindustrial, se levantan en zonas elevadas para aprovechar la fuerza del viento y presentan una estructura circular de tres plantas destinadas al almacenamiento, cernido y molienda del cereal, con techumbres giratorias y aspas orientables.
La rehabilitación del «Inca Garcilaso» se enmarca en el programa regional de intervención en Bienes de Interés Cultural, que ha permitido actuar desde 2023 en 22 elementos del patrimonio cultural de Castilla-La Mancha, con una inversión superior a 5,7 millones de euros procedentes de fondos europeos MRR y un grado de ejecución del 99,42%. En Campo de Criptana, estas actuaciones han incluido también la rehabilitación de una casa cueva, con una inversión de 134.000 euros.
La recuperación del molino refuerza así la conservación de uno de los grandes referentes patrimoniales y turísticos de Campo de Criptana y del imaginario colectivo castellano-manchego.
