En pleno corazón del Campo de Montiel, Villanueva de los Infantes se ha consolidado como uno de los enclaves literarios más importantes de España gracias a la figura universal de Francisco de Quevedo y Villegas, que vivió sus últimos años en esta localidad manchega y cuyo sepulcro puede visitarse en la iglesia de San Andrés.
El municipio, con poco menos de 5.000 habitantes, ha sabido mantener intacto el sabor barroco de sus calles empedradas, palacios blasonados y plazas . Declarado conjunto histórico-artístico en 1974, Villanueva de los Infantes ofrece al visitante una experiencia detenida en el tiempo, donde se mezclan historia, arte y literatura.
Quevedo llegó a Villanueva de los Infantes en 1644, ya enfermo y cansado tras una vida agitada entre cortes, cárceles y pleitos. Buscaba tranquilidad, y la encontró en el convento de Santo Domingo, donde residió hasta su muerte el 8 de septiembre de 1645. Aunque su vida terminó entre los muros del convento, su presencia perdura en el municipio. Su tumba fue redescubierta en 2007 tras siglos de confusión, y hoy puede contemplarse en la iglesia de San Andrés.
Pero la vida rural de Quevedo no se limitó a Infantes. Antes de establecerse definitivamente allí, residió durante años en Torre de Juan Abad, pequeña localidad a tan solo 20 kilómetros. Heredó el señorío de Torre en 1620 y pasaba largas temporadas escribiendo y gestionando sus asuntos desde su casa solariega, hoy convertida en un centro cultural que acoge conciertos y exposiciones. Allí redactó buena parte de su obra moral y epistolar, lejos del bullicio madrileño.

Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes. Imagen: Oficina de turismo de Villanueva de los Infantes.
Así, entre Villanueva de los Infantes y Torre de Juan Abad, se traza un eje vital y literario que marcó los últimos años de uno de los grandes genios del Siglo de Oro. Recorrer estos municipios es hacer un viaje al alma de Quevedo, entre iglesias renacentistas, conventos en silencio y parajes castellanos que aún susurran los versos de uno de los escritores más mordaces de la literatura en lengua española.
Villanueva de los Infantes, referente turístico
Villanueva de los Infantes no solo es historia y literatura, también es un referente turístico en Castilla-La Mancha gracias a su cuidado patrimonio monumental y su riqueza gastronómica.
La Plaza Mayor, de planta rectangular y rodeada de soportales, es el epicentro de la vida local y uno de los ejemplos del urbanismo barroco manchego.
Desde allí, el visitante puede adentrarse en un casco histórico lleno de casas señoriales, como la del Caballero del Verde Gabán o la Alhóndiga, y en templos de gran valor como la iglesia de San Andrés o el convento de Santo Domingo, donde vivió Quevedo.