Jesús Martín es alcalde de Valdepeñas desde junio de 2003, pero dejará de serlo en 2027 tras seis mandatos, decisión madurada y desvelada a dos años de las elecciones, dejando tiempo para exhibir gestión con un balance que le hace sacar pecho por haber recibido un «poblachón manchego» que con su acción de Gobierno ahora se ha equiparado «a cualquier ciudad europea».
En una entrevista desde el patio del Ayuntamiento de la Ciudad del Vino, Jesús Martín asegura en todo caso que no se le ha hecho largo un mandato que se irá a los 24 años. Y es que, al mirar para atrás, le sorprende casi rozar el cuarto de siglo, ya que «parece que fue ayer» cuando asumió la nave.
Con todo, cada día de despacho tiene «la ambición por alcanzar y la frustración por no ir más deprisa», aunque «todo ha ido a una velocidad de vértigo».
«He hecho de esto mi modo de vida. Llegué para hacer la ciudad en la que me hubiera gustado nacer. Una ciudad donde poder ir a ver una ópera», indica, rememorando que al llegar a regidor, el urbanismo de Valdepeñas imposibilitaba que un niño «pudiera jugar en la calle» por el «tráfico desaforado».
También ansió en su día una ciudad donde los mayores que se han quedado solos pudieran comer caliente, huyendo de una cena basada «en una latilla». «Se ha conseguido con la ayuda a domicilio que esas personas tengan una comida».
«Si no fuera maricón, no sería alcalde»
Rememora su pasado trabajando en promoción y marketing en instancias europeas cuando conoció a Ana, una chica que «se casó con un señor que se llamaba Pepe Bono», entonces presidente castellanomanchego, con quien hizo amistad.
Un José Bono que le encargó echar una mano en materia cultural, lo que le animó a dejar una actividad laboral en la que llegó a conocer 95 países, viajes de los que aún guarda los billetes de avión.
Fue así contratado como profesional para potenciar la red de teatros de Castilla-La Mancha en un contexto en el que Valdepeñas estaba gobernada por el PP, justo compartiendo hojas del calendario con el salto de José Bono a la política nacional, en un proceso de primarias por la Secretaría General del PSOE que acabó ganando José Luis Rodríguez Zapatero.
Y Bono «buscó una referencia para darse una modernidad» que, desvela Martín, encontró en la condición sexual del todavía alcalde. «Con perdón, pero si yo no fuera maricón, no sé si hubiera sido alcalde», recuerda. Incluso, en su primera legislatura, rememora insultos durante los primeros días atacándole por su preferencia sexual. «Tenía miedo pero di el paso, pero bueno… gané las elecciones».
Con todo, se presentó por «motivación personal y coyuntura política» en un contexto de «crecimiento personal», un caldo de cultivo con el que decidió dar un paso que le llevó a ganar por mayoría absoluta.
Un periplo de varias legislaturas donde ha llegado a ganar con un 75% de los votos, contando con hasta 15 de 21 ediles del arco municipal. Su éxito electoral también se explica con sus victorias en procesos electorales complicados para el PSOE, como en 2011; o el presente mandato, donde los socialistas perdieron las principales alcaldías de la región en detrimento de los ‘populares’.
Desde su atalaya de la experiencia, asegura que estar a pie de calle como alcalde propicia que la ciudadanía haga suya la figura del regidor. Una fórmula que además le ha servido para que la oposición ejercida por el PP haya entrado en «una línea de degradación de imagen que es difícil de recuperar».
Ahora que ya ha anunciado su renuncia, vaticina «guerra interna» en el resto de partidos de la oposición para intentar derrocar la hegemonía del PSOE. «Será divertido».
Confía en un sucesor que sepa gestionar
Desvela el alcalde en este punto que tiene claro quién debiera ser quien ejerza la sucesión a su persona, pero opta por guardarse el secreto. «Tengo claro quién es la persona mejor preparada y con más capacidades», defiende el primer edil, quien avisa a quien recoja su testigo que un alcalde en tiempos modernos tiene que venir «rodado».
Tres millones de euros para la mejora del parque arqueológico del Cerro de las Cabezas; otros tres millones para la reforestación y renaturalización de Valdepeñas; un proyecto de 15 millones de euros con cargo a los fondos europeos EDUSI para recuperar la Casa de los Vascos; o terminar el Plan de Tormentas con 20 millones de euros para la evacuación aguas abajo generando un parque lineal similar al antiguo cauce del Turia en Valencia, son algunos de los proyectos «a cinco años de ejecución» que tendrá que asumir el próximo alcalde.
Por todo ello, «el que venga solo tendrá que gestionar, y gestionar sabiendo que lo que se necesita dentro de dos meses, hay que iniciarlo hoy».
Donde no había hoteles hoy hay 600 camas, y donde no había turismo, recalca el alcalde, hay ahora una media de 45.000 visitantes y uno de cada cinco se queda a dormir.
Algo que va ligado a «una oferta cultural consolidada» o a productos como las Rutas del Vino, de las que la ciudad forma parte.
Valdepeñas está «en el momento mejor de toda su historia», tiene «un paro residual» incluso importando mano de obra desde los Campos de Montiel y Calatrava, y presenta unos datos económicos que apuntan a que 1.500 millones de euros de los más de 7.000 que genera la provincia salen de este núcleo.
Cita en este punto grandes empresas como Tecnobit, del Grupo Oesía, recalcando que «el único satélite que Europa ha puesto en competición» se ha estrenado con una antena fabricada en Valdepeñas gracias a esta entidad y con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha.
En los dos últimos años, además, Valdepeñas ha sumado a 600 personas a su padrón, con un crecimiento del 18% desde que él asumió la Presidencia del Ayuntamiento. «Llegué con 24.600 habitantes, tenemos 32.000 empadronados y, de facto, llegamos a 36.000», crecimiento de población pese al cual se ha reducido mucho el paro.
Abundando en el tejido empresarial de la localidad, ha citado a CNC Bárcenas, «referente en la construcción de drones» y con acuerdos con la Unidad Militar de Emergencias que podrían incluso abrirse a posibles acuerdos con la OTAN para la preparación de aeronaves no tripuladas.
«Es un momento muy dulce. Con todos los proyectos que se van a quedar presupuestados pero no ejecutados… espero que los que vengan sepan gestionar», ha rematado, poniendo en valor que el crecimiento empresarial experimentado en los últimos años ha provocado que la viticultura no sea lo más importante. «Valdepeñas ya no vive del vino, aunque sin el vino no podría vivir».
La cercanía de un alcalde
Relata Jesús Martín una de las anécdotas en despacho de Alcaldía. Adquirió la costumbre de recibir a cualquier vecino solo con la premisa de saber el tema que querían abordar con el alcalde. Unas reuniones en las que cada ciudadano disponía de 30 minutos, «aunque ellos no lo sabían».
En cierta ocasión, llegó un matrimonio que se enfrentaba a un problema mundano, y es que el solar anejo a su vivienda iba a ser edificado, de manera que una pequeña ventana en el cuarto de baño del inmueble de la vivienda en la que residían se vería tapado. Un problema que, tanto alcalde como pareja, sabían que no tenía solución.
Pero, detrás de esa consulta, se encerraba otra misión: «¿Cuál es de verdad el problema de ustedes?», preguntó Jesús Martín. «Que tenemos un hijo como usted», contestaron los padres, en alusión a que el hijo era homosexual. «Quiéranlo mucho», aconsejó el regidor entonces.
Jesús Martín, para terminar, desvela que el retrato como exalcalde que colgará de la pared noble está ya hecho desde hace una década. «Pasaré a la historia con una cara más agradable que la que la vida me ha dado ahora», bromea.