A poco más de diez kilómetros de Ciudad Real capital, en el corazón del Campo de Calatrava, la aldea de Ciruela mantiene su pulso al tiempo y al abandono. Este pequeño núcleo, desconocido para muchos ciudadrealeños, ha conservado una historia estrechamente ligada al origen mismo de Ciudad Real y a enclaves tan importantes como Alarcos, pese a décadas de despoblación y falta de servicios básicos, pero Ciruela figuraba ya en documentos medievales fundamentales para la historia de lo que hoy conocemos como Ciudad Real.
Tal y como recuerda Marcial González, presidente de la Asociación de Vecinos Aldea de Ciruela, la aldea aparece ya en la Carta Puebla otorgada por Alfonso X «El Sabio» a la entonces Villa Real en 1255, lo que confirma su relevancia en la configuración histórica del territorio. «Ciruela es la gran olvidada de las aldeas de Ciudad Real, a pesar de ser tan antigua como la propia ciudad y estar íntimamente ligada a ella y a la propia Alarcos», señala.
La documentación histórica ha dejado constancia de su antigüedad y evolución. El historiador Manuel Corchado Soriano, en su libro ‘Toponimia Medieval de la región Manchega’ la describía como una «aldea de Ciudad Real situada al sur de su término y próxima al río Jabalón», con distintas denominaciones a lo largo de los siglos como Zufera, Castrum de Zuerola o Zuheruela.
También Pascual Madoz recogía en su Diccionario de Castilla-La Mancha, publicado a mediados del siglo XIX, la existencia de «13 casas de labor, una iglesia en el Cerrillo de la Horca y un castillo edificado sobre grandes peñascos», con un pozo de agua en su interior y restos que apuntan a un antiguo núcleo poblacional de mayor entidad.
Hoy, la imagen es bien distinta. La aldea, además de los vestigios de un antiguo castillo, conserva una veintena de edificaciones, muchas de ellas en estado ruinoso. Solo 12 viviendas son habitables, en su mayoría como segunda residencia los fines de semana y vacaciones.
Interior de la aldea de Ciruela
El precio de la vivienda en la ciudad beneficia a Ciruela
Sin embargo, Ciruela ha vivido en los últimos meses un hecho insólito tras décadas de abandono: cuatro personas residen de forma permanente, entre ellas una familia joven con un niño pequeño, algo que no ocurría desde hace más de 80 años.
Desde la Asociación de Vecinos Aldea de Ciruela, constituida para frenar el olvido de este pequeño núcleo, se trabaja para recuperar el valor histórico, arqueológico y paisajístico del enclave. «Buscamos recuperar la importancia histórica que para Ciudad Real tiene este paraje», explica González, recordando que una de las calles más importantes de la capital, así como una antigua puerta de la muralla y un tramo de ronda, llevan el nombre de Ciruela, lo que denota la importancia que tuvo en su día.
El colectivo también pone el foco en la riqueza geológica del entorno, ya que la aldea forma parte del Geoparque Volcanes de Calatrava y cuenta con un domo volcánico sobre el que se levantó la torre de vigilancia del antiguo castillo. A ello se suma su potencial para el turismo rural, las rutas cicloturistas y las prácticas de escalada, aprovechando la roca del castillo, el único punto cercano a la capital donde se puede realizar esta actividad.
Sin luz ni agua potable
La reivindicación a las administraciones es otra de las líneas de trabajo de la asociación. Ciruela no dispone de luz eléctrica, agua potable, saneamiento ni recogida de residuos, una situación especialmente delicada ahora que vuelve a contar con vecinos permanentes. En los últimos meses, el Ayuntamiento de Ciudad Real ha instalado cinco luminarias solares y ha aprobado el arreglo del camino de Ciruela, una actuación considerada urgente por el estado del mismo.
Pese a estos avances, desde la asociación vecinal consideran imprescindible mantener el impulso institucional para actuaciones como el arreglo de viales, el ajardinamiento, el tendido eléctrico o la posible adquisición y protección de los restos del castillo. Mientras tanto, Ciruela sigue aferrándose a su historia, con la mirada puesta en un futuro que le permita dejar de ser la gran olvidada de Ciudad Real.
Ruta senderista por el entorno de la aldea de Ciruela
