Valdepeñas ha consolidado su posición como la ciudad más segura de Castilla-La Mancha y una de las diez más tranquilas de toda España, según los últimos datos sobre criminalidad correspondientes al año 2024. Con apenas 681 infracciones penales registradas y una población de 30.617 habitantes, la localidad ciudadrealeña alcanza una tasa de 22,24 delitos por cada mil habitantes, lo que la sitúa muy por debajo de otras grandes ciudades de la región y del conjunto nacional.
Este dato no es fruto de la casualidad, sino de un estilo de vida basado en la convivencia, la cercanía entre vecinos y una fuerte implicación ciudadana. A ello se suma la labor constante de los cuerpos de seguridad, la eficacia de los servicios públicos y una planificación urbana que facilita la accesibilidad y el control de entornos, sin renunciar a la vida activa y cultural. Valdepeñas, conocida por su histórica vinculación al vino, se ha convertido también en sinónimo de seguridad, bienestar y calidad de vida.
Almansa, segunda ciudad más segura
Comparada con otras localidades castellanomanchegas de tamaño similar o incluso superior, Valdepeñas se desmarca claramente por su bajo índice de criminalidad. La segunda ciudad más segura de la región es Almansa (Albacete), con una tasa de 27,72 delitos por cada mil habitantes, seguida por Alcázar de San Juan, con 29,99. A partir de ahí, las cifras se elevan con rapidez. Tomelloso registra 36,63, Puertollano 37,95, Villarrobledo 38,79 y Ciudad Real capital alcanza los 40,39.
En ese mapa, Valdepeñas aparece como una excepción positiva, confirmando su papel como referente de seguridad ciudadana en Castilla-La Mancha y como ejemplo nacional. Sus calles, marcadas por la cercanía y el respeto, su tejido asociativo y cultural, y el trabajo constante de los cuerpos de seguridad, permiten construir día a día un modelo de ciudad moderna sin renunciar a su tranquilidad.
Más allá de los datos, Valdepeñas transmite una imagen real de ciudad habitable, con servicios de calidad, un entorno cuidado y una población que colabora en mantener ese clima de paz. Un valor intangible que ahora respaldan también las cifras.