A leña viva, entre aromas de azafrán y humo de naranjo, una paella cocinada en Poblete ha alcanzado la élite del arroz. La chef Elisabeth Zaragoza, al frente de la arrocería El Buen Yantar, ha sido seleccionada para participar en la gran final del Concurs Internacional de Paella Valenciana de Sueca, el más antiguo de España y el más prestigioso del mundo. La cita será el próximo 14 de septiembre, y allí defenderá el nombre de Ciudad Real junto a los mejores cocineros arroceros del planeta.
«Para nosotros es emocionante defender la plaza manchega en nuestra propia tierra«, reconoce Zaragoza, de raíces valencianas, que llegó hace cinco años a La Mancha atraída por un proyecto municipal de repoblación rural. Desde entonces, ha convertido su restaurante, ubicado en la piscina municipal de Poblete, en un lugar de peregrinación para los amantes del arroz: valenciana tradicional, a banda, negro, meloso marinero… pero siempre con brasa y sabor auténtico.
De la Albufera a Poblete, con brasa y memoria
El Buen Yantar fue uno de los diez restaurantes seleccionados en la semifinal nacional celebrada en Guadalajara, donde los participantes dispusieron de dos horas, una barbacoa con leña y los mismos ingredientes: pollo, conejo, caracoles, judión blanco, judía tabella, tomate natural, pimentón y azafrán. Y sobre todo, el reto del socarrat perfecto, esa capa tostada que convierte una paella en obra de arte.
La receta que defenderán, típica de Sueca, es la que Elisabeth conoce desde niña. Sus padres la cocinaban en un restaurante familiar de la Albufera, y ahora la ha traído hasta La Mancha, con ingredientes frescos y técnicas aprendidas del mar.
De Poblete al mundo: una arrocería con raíces y futuro
En la final competirán con otros 29 restaurantes, seleccionados entre semifinales nacionales, internacionales y convocatorias especiales. Los premios distinguen la mejor paella del mundo, pero también la mejor de España y la mejor de la Comunidad Valenciana.
Zaragoza y su equipo se preparan cocinando a la brasa todas las semanas, aunque su carta no se limita a la paella. Arroces al horno «dentro de una calabaza», all i pebre, esgarraet de bacalao, y especialidades con alioli casero completan una oferta que ha conquistado a comensales de Madrid, Córdoba, Jaén o toda Castilla-La Mancha. «Nos falta espacio y horas», dice entre risas la chef.