Unas obras domésticas han sacado a la luz uno de los hallazgos arqueológicos más singulares en lo que va de año en Castilla-La Mancha. El descubrimiento se ha producido en una vivienda de la calle Jesús Romero de Alcázar de San Juan, durante los trabajos preventivos vinculados a la construcción de un nuevo sótano. Bajo los niveles modernos —entre ellos un pozo y estructuras de alcantarillado— ha aparecido una fosa de los siglos IX-X, correspondiente al periodo islámico, repleta de materiales de gran interés.
Entre los restos recuperados figuran fragmentos cerámicos (ataifores, cántaros casi completos, cerámica a cuerda seca), piezas de bronce, restos de alimentos como cáscaras de huevo y abundante ceniza gris. Pero sin duda, lo más llamativo ha sido una teja reutilizada como brazalete de arquero, adaptada con diez perforaciones para sujetarse al brazo, que conserva una inscripción coránica en árabe parcialmente erosionada por el uso del arco.
La caligrafía, finamente ejecutada, recoge la fórmula “Bismillah” (“En el nombre de Al-lah, el Misericordioso, el Compasivo”), expresión con la que tradicionalmente comienzan los suras del Corán y muchas acciones de la vida cotidiana islámica.
La viceconsejera de Cultura y Deportes, Carmen Teresa Olmedo, ha confirmado que los restos han sido protegidos y documentados siguiendo todos los protocolos de conservación preventiva. Además, ha anunciado que el conjunto pasará a formar parte del fondo arqueológico del Museo Provincial de Ciudad Real, y que se está trabajando en una colaboración para mostrar piezas tanto en el museo provincial como en el Museo Municipal de Alcázar.
El hallazgo ha sido presentado junto a la alcaldesa Rosa Melchor y los arqueólogos responsables, Juan Ángel Ruiz Sabina y David Gallego, que han dirigido los trabajos de excavación.