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jueves, 19 de junio de 2025
Imagen de la Ermita Virgen del Castillo
Imagen de la Ermita Virgen del Castillo
Ubicada al suroeste de Castilla-La Mancha - 19 junio 2025 - Ciudad Real

Debido a las vistas y al extenso territorio que se domina desde la cima, no es de extrañar que los musulmanes levantaran aquí una fortificación estratégica. Hoy, sobre aquellos restos defensivos, se alza una de las joyas más desconocidas del patrimonio de Castilla-La Mancha, la Ermita de la Virgen del Castillo, en el término municipal de Chillón (Ciudad Real).

Situada en lo alto de la sierra que lleva el nombre de la ermita, esta construcción religiosa se asienta sobre las ruinas de un antiguo castillo de origen árabe, del que aún se conservan algunas estancias, un torreón, un aljibe y un empedrado interior que delata su origen medieval. La función de la fortaleza no era otra que la de vigilar la frontera entre el norte cristiano y el sur árabe. Y no podía haberse elegido mejor emplazamiento.


Desde su punto más alto, este enclave ofrece unas vistas que cortan la respiración. En días despejados se alcanza a ver parte de tres comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Además, se divisa la confluencia de tres valles históricos vinculados a la ganadería trashumante: el Valle de Alcudia, el Valle de los Pedroches (Córdoba) y el Valle de la Serena (Badajoz).

La historia documentada señala que, tras la conquista del castillo por Alfonso VII en el siglo XII, los caballeros cristianos llevaron al recinto una imagen mariana. Durante la invasión almohade posterior, la talla fue escondida por los vecinos en una cueva próxima, donde permaneció oculta hasta la definitiva reconquista por Fernando III.

A este hecho se une una leyenda arraigada en el imaginario popular de Chillón. Según se cuenta, un pastor que cuidaba su ganado en la sierra vio una figura que creyó una cabra. Le lanzó una piedra y, al acercarse, descubrió que se trataba de una imagen de la Virgen.

El golpe dejó una huella visible en el rostro de la talla. El mismo suceso se repitió varias veces, lo que los habitantes interpretaron como un mensaje divino. Fue entonces cuando decidieron construir una ermita en el mismo sitio donde se produjo su hallazgo.

Cada año, la imagen de la Virgen del Castillo es bajada en romería al pueblo el 12 de agosto, y regresa a su santuario el primer domingo de octubre. Un ciclo de devoción que mantiene viva una tradición con siglos de antigüedad.

Hoy, el Santuario de la Virgen del Castillo es mucho más que un lugar de culto, es un mirador natural privilegiado, un espacio de paz, historia y panorámicas únicas. Una joya escondida de Ciudad Real que merece ser redescubierta

Carlos Monteagudo
Carlos Monteagudo

Periodista por la Universidad Complutense de Madrid, con diez años de experiencia en el oficio. Defensor del periodismo de provincias, de las tradiciones y de la vida en los pueblos, con un firme compromiso en la lucha contra la despoblación. Manchego de corazón, apasionado de su gastronomía, su cultura y su idiosincrasia.

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