La Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajos (ANPCA) ha informado que la campaña 2025 del ajo español se cierra con una superficie cultivada prácticamente estable respecto al año anterior.
Sin embargo, han apuntado que esta estabilidad general esconde un nuevo retroceso en el cultivo de ajo morado, cuya superficie ha vuelto a disminuir en un 8 % respecto a la campaña pasada, consolidando una preocupante tendencia a la baja frente a otras variedades.
En el plano productivo, la campaña ha registrado una caída de aproximadamente un 15 % en el total de la producción respecto a 2024.
Factores climáticos adversos
Este descenso no se debe a una merma significativa en la superficie, sino a un menor calibre de los bulbos, consecuencia directa de factores climáticos adversos.
La falta de horas de luz durante un marzo especialmente lluvioso, unida a temperaturas anómalamente bajas hasta mediados de mayo, han condicionado el desarrollo vegetativo del cultivo en todo el país.
Ajo morado
En el caso particular del ajo morado, las pérdidas de calibre han estado relacionadas con el brusco aumento de temperaturas a partir de mediados de junio, que precipitó el final del ciclo en las principales zonas productoras, como Castilla-La Mancha.
Esta circunstancia impidió que las plantas alcanzaran su máximo potencial de desarrollo, aunque se logró una calidad final notable, especialmente en lo que respecta al aspecto, la sanidad y la conservación del bulbo.
“La calidad del ajo español esta campaña es incuestionable, pese a las dificultades”, explican desde la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajos.
No obstante, las condiciones de manejo del cultivo siguen deteriorándose año tras año, y la disponibilidad de materias activas fitosanitarias eficaces es cada vez más escasa. Esta limitación deja a los agricultores prácticamente indefensos frente a plagas y enfermedades, agravando el riesgo en cada campaña, han lamentado.
A ello, suman otros problemas estructurales que afectan a la sostenibilidad del cultivo: el aumento sostenido de los costes salariales y de insumos agrícolas, los robos en campo, cada vez más frecuentes y organizados, y la reducción de disponibilidad de terrenos adecuados para el cultivo.
Pese a que los precios de mercado actuales son relativamente buenos, desde el sector advierten que “ni siquiera precios altos pueden compensar las caídas de rendimiento y el incremento constante de los costes”. Lejos de esperarse un aumento de superficie para 2026, las previsiones apuntan a una nueva reducción en las hectáreas sembradas, si no se adoptan medidas que devuelvan la viabilidad al cultivo.
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Ajo español
El ajo español, referente en Europa por su calidad y trazabilidad, enfrenta un futuro incierto si las administraciones y los mercados no ofrecen herramientas reales para aliviar la presión sobre los productores. “El consumidor europeo tiene que valorar esfuerzo de los agricultores por mantener un producto con sello español” según el presidente de ANPCA, Juan Salvador Peregrin.
ANPCA actualmente es la mayor asociación europea de productores y comercializadores de ajo, con una superficie asociada de 10.530 hectáreas en este año 2025, y un volumen de más de 220 millones de kilos comercializados en la pasada campaña, lo que supone una cifra superior al 80% del total comercializado de España, y un 65% del total de Europa. Actualmente cuenta con 67 empresas comercializadoras asociadas y casi 1.800 productores de ajo.