A casi dos horas de Guadalajara capital, nos encontramos con Checa, uno de los pueblos más bonitos de la provincia alcarreña que tiene la peculiaridad de que entre sus 271 habitantes empadronados, muchos cuentan con apellidos con origen vasco, entre ellos, Chavarría, Oñate, Latasa, Herranza, , o Rustarazo o Berasaluce, procedentes de un pequeño pueblo de Guipúzcoa.
Historia
Esta singularidad comienza en 1522, Sancho de Arrazola y su mujer Magdalena de Basarte, vecinos de Oñate (Guipúzcoa), emigraron al centro peninsular con el objetivo de trabajar en una de las primeras ferrerías de aquel pueblo. Checa contaba con una enorme importancia industrial y muchos vascos vieron la oportunidad laboral y se mudaron a la zona y se asentaron y sus descendientes continuaron el oficio de la familia.
Las minas de Checa contaban con unas temperaturas similares a las vascas con veranos cortos, no demasiado calidos e inviernos muy fríos. Además las leyes de Mayorazgo establecían que las herencias de transmitían al hijo mayor, por tanto el resto de hijos de Oñate no contarían con nada y decidieron viajar hasta Checa.
El hierro checano era el más afamado en la comarca de Molina por su ductilidad y dureza, cualidades que le hacían muy a propósito para toda clase de herramienta.
Todo cambió en el siglo XIX
Como en buena parte de la provincia de Guadalajara, llegó un punto en el que el trabajo iba a empezar a reducirse. En el siglo XIX finalizó la minería y un plan de ferrocarril que pretendía cruzar Guadalajara y Teruel haciendo parada en Checa no salió adelante.
Al no tener oferta de trabajo las migraciones fueron a otros lugares como Barcelona o Madrid, a pesar todo ello, todavía en el pueblo se conservan los apellidos vascos y una gran herrería, la de la familia Alba, grandes herreros de la provincia de Guadalajara, que han sido nombrados maestros artesanos en Castilla-La Mancha. Está especializado en la producción de rejas, balcones, cancelas, complementos de decoración (candelabros o llamadores, entre otros) y mobiliario, además de en trabajos de restauración.

Trabajo hierro Foto: Red de maestros
Belleza de Checa
Muchos de los habitantes de Checa comprobaron el tesoro natural, histórico y etnográfico que es este municipio que se encuentras en el corazón del Parque Natural del Alto Tajo, a una altitud de 1363 metros sobre el nivel del mar.
El municipio está vertebrado por el Río Genitoris parte en dos barrios, y está cruzado por cinco puentes de piedras, que le confieren un encanto a la villa. También destaca en las afueras el Aguaspeña, donde nace el río, un paraje de singular belleza, con impresionantes estructuras naturales formando una bella cascada y uno de los rincones más atractivos.

Puente Checa Foto: Turismo Castilla-La Mancha
En el siglo XVI, Checa era referente en el trabajo y con el paso de los años se fue perdiendo población con el éxodo a las grandes ciudades, pero aquellos vecinos o los visitantes que conocen este pueblo en la actualidad se dan cuenta del encanto que tiene uno de los pueblos más bonitos de España.