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03/07/2014junio 9th, 2017

Un estudio publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology pone de manifiesto que el vertido de aguas residuales depuradas puede perjudicar los humedales al facilitar la aparición de brotes de botulismo aviar que causan la muerte de aves.

El reciente estudio indica que el aumento excesivo de nutrientes y consecuente sobreabundancia de algas en los humedales causados por el vertido de aguas residuales mal tratadas junto al aumento de bacterias patógenas en la zona facilitan los brotes de botulismo aviar.


El estudio, liderado por Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC), centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha contado con la colaboración de expertos del Centro Regional de Estudios del Agua de Castilla-La Mancha.

La investigación ha concluido que debido a la escasez de agua en el río Guadiana, se ha propuesto el uso de aguas residuales depuradas para la conservación de humedales como el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real.

En La Mancha es frecuente que, ante la ausencia de ríos y también para mantener niveles de agua que faciliten la cría de aves, se viertan aguas residuales tratadas en lagunas naturales.

La científica del CSIC Ibone Anza ha asegurado que esta práctica puede tener consecuencias negativas para la conservación de humedales, más que favorecerla.

«El estudio revela que la presencia de bacterias patógenas para las aves es mayor en muestras de agua, sedimento y heces de aves en las lagunas que reciben aguas residuales (Navaseca en Daimiel y La Veguilla en Alcázar de San Juan) que en las Tablas de Daimiel, que no recibe aguas residuales directamente», ha indicado la científica.

La aparición de un brote de botulismo en Navaseca en verano de 2010, ha recordado, estuvo asociada con cambios fisicoquímicos en los sedimentos y en las aguas del humedal, que favorecieron la falta de oxígeno y el desarrollo de la bacteria clostridium botulinum en el fondo.

«Esta bacteria, al multiplicarse, genera una potente toxina que afecta a las aves acuáticas», ha indicado Anza.

El botulismo aviar es una de las enfermedades que mata más aves acuáticas silvestres y en los últimos años afecta también a las granjas de aves domésticas.

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