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jueves, 28 de marzo de 2024
Toledo - 28 noviembre 2019 - Toledo

El vertido de gasoil que llevaba contaminando desde el pasado mes de agosto el acuífero del Casco Histórico de Toledo y que afloró en un inmueble particular de la calle Cuesta de la Ciudad procede de un edificio propiedad del Arzobispado de la capital regional.

Así se ha descubierto este miércoles, según ha publicado este jueves el diario La Tribuna, que precisa que el vertido se originó a través de una fuga localizada en la tubería de una caldera de calefacción, situada en el número 12 de la calle Trinidad, donde se ubica la sede de Radio Santa María y del Canal Diocesano.


Ante este hecho, la Archidiócesis de Toledo ha informado a través de un comunicado de que el pasado verano «cuando se tuvo noticias del vertido de gasoil, el Arzobispado revisó todas sus instalaciones sin encontrar el origen del problema» y ha justificado que incluso se cambió una arqueta por la posibilidad de que tuviera que ver con la fuga.

Y ha agregado que este mismo miércoles se han vuelto a revisar las instalaciones encontrando entonces «un chispero en la tubería soterrada que va del grupo de presión a la caldera del edificio de la calle Trinidad, por lo que se ha procedido a cerrar el suministro».

Así, la Archidiócesis ha confirmado que se va a proceder a cambiar esta tubería para subsanar la pérdida de combustible y ha señalado que «en cuanto Medio Ambiente emita las medidas que deben aplicarse para solucionar el problema, se aplicarán de manera inmediata, como corresponde».

Por su parte, el propietario del inmueble afectado y director de la empresa turística «Entorno Toledo», Julián Baños, ha señalado a Efe que «nadie le ha informado de nada de manera oficial» del hallazgo de la fuga y que la única información que ha recibido es a través de la prensa y esta misma mañana ha recibido una llamada del ecónomo diocesano pidiéndole disculpas «por un vertido fortuito y sin ninguna intención».

Baños ha mostrado su preocupación por las consecuencias que este vertido puede tener a la larga para su negocio y por el estado de los tres pozos milenarios que están dentro de su inmueble y que forman parte de una visita turística en su empresa, los cuales «están contaminados para siempre y no tiene solución cuando se podía haber evitado mucho antes», ha lamentado.

«Esto es un delito medioambiental», ha criticado el afectado, que ha explicado que «la sustancia se va a quedar miles de años adherida a la roca, que la ha absorbido», y que es lo que produce el olor intenso a gasolina que hay en su local, por lo que no descarta «demandar a los responsables por daños y perjuicios».

Baños desconoce cuál es la intención de la administración con respecto a la limpieza del local, aunque ha confirmado que ya ha abierto su negocio y que espera que esté limpio y acondicionado para el próximo Puente de la Constitución.

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