El Colegio de Médicos de Toledo ha llamado la atención nuevamente sobre el creciente número de agresiones a estos profesionales sanitarios. En su Semana del Médico, que se celebra en estos días, el presidente de esta institución, Raúl Calvo Rico, ha vuelto a referirse a este problema. ENCLM mantuvo recientemente una entrevista con él, que publicaremos íntegramente mañana y de la que adelantamos lo tratado sobre las agresiones a médicos.
Detrás de este fenómeno, delante o quizás en paralelo, él ve lo que llama la creciente «medicalización» del paciente a raíz del Covid o la obsesión por la salud y no enfermar que se ha apoderado de la sociedad y a la que el sistema no es capaz de dar respuesta, lo que genera una saturación del sistema y provoca todo tipo de tensiones. «Eso ha generado una desafección con los profesionales médicos, que hemos pasado a ser una especie de enemigos», se lamenta.
«El miedo a enfermar está saturando el sistema»
Se marcaron como una tarea fundamental de su hoja de ruta la defensa de la profesión médica… ¿Cómo se ha llevado a cabo en estos meses?
Somos la Junta Directiva que vivió el Covid y eso nos ha marcado a todos, como profesionales y como personas. A raíz del Covid hemos detectado dos problemas muy importantes que nos afectan. Uno de ellos es la enorme medicalización que se ha producido en la sociedad, la gran preocupación no solo por su salud, sino miedo a enfermar por cualquier causa, algo que está saturando el sistema sanitario a todos los niveles, tanto en atención primaria como hospitalaria. Somos incapaces de dar respuesta a esa demanda y eso genera una insatisfacción muy grande en la gente… Eso ha generado una desafección con los profesionales médicos, que hemos pasado a ser una especie de enemigos; tanto en la sanidad pública como en la privada. Se han incrementado las agresiones de una forma absolutamente desproporcionada, las reclamaciones, las quejas… Queremos trabajar para que la gente vuelva a sentir que somos parte de la sociedad y que tenemos razón de ser porque les ayudamos.
¿Qué está pasando en la sociedad para que las agresiones a sanitarios en general y médicos en particular, sean noticia casi permanente?
Es un problemón impresionante, que nos preocupa muchísimo a los colegios profesionales. Se creó el Observatorio en la Organización Médica Colegial y en cada uno de los colegios provinciales hay una serie de protocolos para que cuando un profesional sea agredido física o verbalmente pueda hacer una denuncia y se sienta acompañado. Hemos conseguido avances, como ser considerados autoridad y, por lo tanto, se concede presunción de veracidad a lo que decimos a la hora de presentar las denuncias. Pero creo que lo fundamental es que lo estamos viendo como un problema sanitario, como las listas de espera, pero es un problema social; como las agresiones a profesores no son un problema solo educativo. Si no lo entendemos así toda la sociedad no vamos a poner ninguna solución. Es importante conseguir cosas como más seguridad privada y otras… pero son parches.
«A raíz del Covid hay una gran preocupación por la salud, se ha generado desafección con los profesionales médicos, que hemos pasado a ser una especie de enemigos»
«Las agresiones son mayoritariamente a mujeres»
Por cierto, que en las agresiones también se reproducen patrones machistas presentes en el comportamiento social…
Sí, las agresiones son mayoritariamente a las mujeres, eso está claro y sale año tras año en las estadísticas. Cada vez que tengo ocasión digo que cada vez que un médico o una médica sufre una agresión, nunca vuelve a ser el mismo. Nunca. Es como una pérdida de confianza que es prácticamente irrecuperable. Nunca olvidas una agresión de un paciente. Da lo mismo que sea física o verbal. Con el paso del tiempo lo vas atemperando, ocultando, pero a la mínima se te pone otra vez en el primer plano. Y toda esa confianza que necesitas transmitir o que te transmitan los pacientes, se corta de raíz. La gente tiene que saber eso, que las agresiones están convirtiendo buenos médicos en un profesional con una tara difícilmente solucionable.
¿Qué aconsejáis hacer?
Hemos trabajado mucho con los interlocutores sanitarios, hemos hecho alguna actividad con psicólogos de la Policía para gestionar evitar llegar a ese punto en el que salta la agresión, en la medida de lo posible; que a veces no lo es.
