El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha considerado que sale muy «animado» de la reunión con el comisario europeo de Agricultura, Cristophe Hansen, ante el convencimiento de haber conseguido «un aliado confeso», quien visitará pronto la región.
Además, el jefe del Ejecutivo regional ha visto al comisario muy «sensibilizado por los problemas del agua» de Castilla-La Mancha.
En declaraciones a los medios a su salida, ha apuntado que el comisario, así como toda la Comisión, «tienen bastante claro lo que pasó en las últimas elecciones europeas» y ahora afrontan «un giro sereno sobre los equilibrios de las políticas», de forma que el campo «no puede ser el culpable» de los «problemas de sostenibilidad» sino que es una «víctima».
En todo caso, se ha mostrado preocupado por el hecho de que el marco financiero para el campo europeo «siga siendo único» y que la Unión Europea «no se empiece a quitar el problema de encima para dejarlo en manos de los estados».