Un comercio histórico de Talavera de la Reina (Toledo), Frutos Secos y Caramelos Salinero, se enfrenta a un futuro incierto. Marisa Marcos y José María Vadillo, el matrimonio que regenta actualmente esta tienda de la calle Prado, se jubilan, y, de no encontrar a nadie que continúe la tradición, el 31 de octubre echarán el cierre para siempre.
El anuncio del traspaso lo ha avanzado este lunes La Tribuna de Talavera. ENCLM se ha puesto en contacto con Marisa, quien ha explicado que sus hijos tienen su trabajo y que, por el momento, no hay quien continúe la tradición familiar, aunque, en parte, confían en que «se siga el camino».
Sí que es cierto que ha habido personas que se han interesado por el local, pero la vendedora ha reconocido que «el problema es el alquiler. Es muy caro y no es mío, por lo que no puedo hacer nada en ese sentido».
Con mucha sinceridad y entre risas, Marisa ha dicho que se siente «fatal» cuando piensa en un cierre definitivo, «es un sentimiento muy alborotado».
«La gente que se entera nos dice que es una pena, que a ver qué hace ahora, que a ver dónde compran ahora caramelos y frutos secos. Incluso ha venido un cliente y ha animado a nuestra trabajadora»-que lleva dos décadas en la tienda- «a seguir con el negocio».
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70 años de Salinero en Talavera
La tienda que regentan Marisa y José María abrió en la calle Prado en el año 1962, aunque la historia se remonta a algunos años atrás.
El primer establecimiento nació de la mano del padre de Marisa en el número 33 de la céntrica calle comercial Trinidad, alrededor del año 1955.
Con el cierre de esta apareció la que sigue con su actividad y otra en la Plaza de España, donde actualmente se ubica una farmacia, que regentaron una tía y unos primos de Marisa, pero que también clausuró.
La pandemia, un golpe duro para Salinero
Durante todas estas décadas de vida, «hemos vivido momentos buenos y otros no tan buenos», ha lamentado Marisa, como la pandemia por coronavirus, que considera realmente mala.
Apunta también a la competencia de superficies que, como bazares, pueden ofrecer precios más bajos. En este sentido, la venta de adornos de fiesta «ha ido bajando», pero los talaveranos no han renunciado a disfrutar ni de los frutos secos, ni de la fruta deshidratada y confitada tan típica de la Navidad, ni de las 100 variedades de caramelos con y sin azúcar.
De todo, la propietaria saca un aprendizaje: «Si hemos aguantado tanto, algo bueno habremos hecho».
Marisa ya se prepara ante la posibilidad del cierre definitivo, «voy a venir llorada de casa», ha avisado, si bien ha dicho que el tiempo que les quede lo van a disfrutar.
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