El yacimiento visitable de Ciudad de Vascos fue una antigua ciudad de Al-Andalus que estuvo habitada entre los siglos IX y XII. Se sitúa al este del municipio de Navalmoralejo (Toledo), en el paraje de “Las Cucañas”. La ciudad posee una topografía irregular asentada en uno de los márgenes abruptos y de litología granítica que baña el río Huso, afluente meridional del río Tajo.
La ciudad de Vascos fue una fundación omeya, de tiempos de Abd-al-Rahman III, que surgió entre los años 930 y 950 d.C. Era un enclave estratégico, ya que estaba situado en la línea fronteriza entre cristianos y musulmanes, constituida por el río Tajo y ser vadeable el río en este punto. Fue también un centro metalúrgico de cierta envergadura que trabajaba el metal procedente de sus inmediaciones, así como de los cercanos Montes de Toledo.
Los siglos de historia de este increíble yacimiento se cuentan en la exposición ‘Ciudad de Vascos. 50 años de una investigación. (1975-2025)’, que acoge la Sala Toisón del Museo de Santa Cruz de Toledo hasta finales de noviembre.
El director del Museo de Santa Cruz de Toledo, Antonio Dávila, ha explicado a ENCLM que la exposición resume las diferentes campañas de excavación en el yacimiento y los espacios que se fueron descubriendo en las mismas, mostrando unos 70 objetos recuperados en esos trabajos.
No solo se pueden disfrutar materiales arqueológicos en el museo de la capital de Castilla-La Mancha, sino que en el centro de interpretación de Navalmoralejo también hay un lote.
50 años de trabajos arqueológicos
La primera campaña de excavación se llevó a cabo entre el año 1975 y 1978. Nunca antes se había hecho una excavación sistemática en Vascos y se trabajó en una superficie de unos 450 metros cuadrados, en la que quedaron al descubierto los restos de varios edificios separados por una calle. También aparecieron dos viviendas y una alcantarilla.
La siguiente campaña duró un año, de 1979 a 1980, en el interior del recinto amurallado; la siguiente, entre 1981 y 1983, hizo aparecer el ‘Baño de la Mora’, un conjunto con vestuario, sala de descanso y sala de baño frío y caliente; y del 1983 al 1986 quedó al descubierto un entramado urbanístico compuesto por tres calles y nueve edificios.
Las campañas de excavación se produjeron una detrás de otra: 1987-1994, 1995-2001, 2002-2006, 2007-2008, 2009-2018 y 2019-2024.
Durante estos periodos se trabajó principalmente en la alcazaba de Ciudad de Vascos y en las puertas y portillos, descubriéndose también una mezquita pequeña, cementerios, calles principales, viviendas, pozos, y muchos de los elementos que vemos expuestos en la muestra del museo.
Algunos objetos curiosos
El director del museo de Santa Cruz hace un recorrido con ENCLM por las vitrinas de la exposición. Destaca un tenante de altar visigodo de piedra caliza reutilizado en el muro de la mezquita de la alcazaba, que data del siglo VII. También un conjunto de jarros, cerámica de cocina y un candil con espabiladera de bronce del siglo XI.
Llaman la atención objetos y utensilios de la vida diaria de los habitantes de Ciudad de Vascos, como cuchillos, alfileres, medallones, monedas de oro y plata, tijeras, dados y un mecanismo de una cerradura con su llave.
Dávila también ha indicado que este yacimiento ha sido «una gran escuela» para muchos estudiantes de arqueología de Castilla-La Mancha y de la Comunidad de Madrid
La exposición es una iniciativa de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a través de la colaboración entre la Fundación Impulsa de Castilla-La Mancha y el Museo de Santa Cruz de Toledo.
Antonio Dávila ha animado a la ciudadanía a ver la muestra, pues «es importante conocer nuestro pasado porque nos conocemos a nosotros como sociedad y podemos ver que somos mezclas de muchas cosas, tradiciones y culturas, y eso, además, nos enriquece, es fundamental».
La exposición se puede conocer hasta el 30 de noviembre de 2025 de lunes a sábados en horario de 10:00 a 18:00 horas y los domingos de 9:00 a 15:00 horas.
En el primer día, y medio de visitas en Santa Cruz, unas 450 personas fueron a verla.