Este pasado domingo, en tan solo siete minutos, cuatro encapuchados entraron al famoso museo del Louvre, en París, a través de una ventana de la primera planta, a la que subieron desde la calle gracias a un montacargas. Ya dentro de la galería de Apolo robaron nueve piezas, aunque una se les cayó por el camino. La que perdieron perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo, la esposa española del emperador Napoleón III, quien tiene relación con la capital de Castilla-La Mancha, con Toledo.
Los ladrones, a los que las autoridades francesas están buscando, se llevaron una diadema de la reina María Amelia y de la reina Hortensia, un collar del conjunto de zafiro de las mismas, un pendiente de ese mismo conjunto, un collar de esmeraldas de la reina María Luisa, un par de pendientes de esmeralda de María Luisa, un broche, una diadema y una diadema de Eugenia de Montijo.
Solo esta pieza, según publica RTVE, vale decenas de millones de euros. Con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas, fue creada para la emperatriz con ocasión de la Exposición Universal de 1855.
Tras el cambio de régimen a la III República, fue vendida por el Estado francés como una forma de liquidar su pasado monárquico y solo volvió a París algo más de un siglo después gracias a una donación.
Hotel Eugenia de Montijo, el lujo de dormir en un palacio mágico de Toledo lleno de historia
La relación de Eugenia de Montijo con Toledo
El Hotel Eugenia de Montijo Autograph Collection es un edificio emblemático ubicado en el casco histórico de Toledo, en pleno barrio judío y a pocos minutos de la Catedral.
Se construyó en el Palacio Renacentista donde vivió la emperatriz Eugenia de Montijo y rinde homenaje a esta figura histórica. Diseñado como los clásicos hoteles de principios del siglo XX, cuenta con una cúpula vitral en el hall principal y suelos de mosaicos de mármol.
En el hall principal, corazón del hotel, se sitúa una gran bar coronado por un retrato de la emperatriz. Además existen diferentes espacio como el ‘Mazapán corner’ para tomar un té con mazapán, o una comida privada en el Dressing, una estancia decorada con espejos que evocan el vestidor de Eugenia.
En el que fue el Torreón del Palacio se sitúa el restaurante Federico, nombre del diseñador de la emperatriz, y en el que se puede degustar comida local y basada en la calidad del producto.
Fotos: Hotel Eugenia de Montijo, una experiencia histórica en un hotel de lujo de Toledo