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miércoles, 3 de diciembre de 2025
Marta García-Monje, posando con su libro. Foto: Ramón de Juan.
Marta García-Monje, posando con su libro. Foto: Ramón de Juan.
El destino toledano de un diplomático alemán - 03/12/2025 10:11 | Actualizado a 03/12/2025 10:18 - Toledo

Quien conoce a la periodista toledana Marta García-Monje Tomé, periodista de La Tribuna de Toledo, sabe que se transforma cuando trabaja. De ser dicharachera, nerviosa, un torbellino en el trato, pasa a convertirse en un ratoncito laboral irreconocible hasta que no acaba la tarea.

‘Objetivo Hoberlein’

Hay que imaginársela hace ya unos años cuando se topó casualmente (como ocurre todo lo grande en esta vida) con la imponente, bella figura del diplomático alemán Erich Heberlein, cuya íntima desafección por el nazismo le acarreó varios disgustos, nada menos que un secuestro por los “suyos” en pleno Toledo, donde vivía, y un duro “peregrinar” junto a su esposa, Margot Calleja, por varias cárceles y campos de concentración nazis hasta que el fin de la guerra,tras una penosa peripecia, les permitió volver a “su” Toledo.


Hay que ver a la reconcentrada Marta dejándose seducir por la figura tortuosa, heroica a su manera, de Heberlein, uno de esos personajes que en épocas trágicas nadan contra corriente o cuyos  destinos singulares hacen pensar en ellos tantos años después.

Como ya hiciera Javier Cercas con sus personajes inmersos en tragedias bélicas, la periodista toledana se ha preguntado qué pudo haber detrás de ese guapo diplomático alemán, tímido apocado, y su decidida esposa, Margot.

La pluma periodística de Marta García-Monje se ha puesto al servicio de una laboriosa investigación que tras varios años de trabajo ha desembocado en el ensayo histórico ‘Objetivo Heberlein’, que, publicado por Almuzara, será presentado mañana jueves a partir de las 18:30 horas en el Castillo de San Servando.

Para ello ha buceado en 500 documentos y se ha beneficiado de la generosidad de la sobrina-nieta de Hoberlein, Sofía Ceballos (el diplomático alemán se casó una segunda vez, con Peggy Ceballos).

Sentía «horror y odio por el régimen nazi»

Es fácil imaginársela subyugada por un personaje nazi que en su diario escribió que sentía “horror y odio” por el régimen, por aquel príncipe diplomático que vivía a lo grande en los años 30 madrileños, plenos de convulsión, miseria y tragedia, casado con la hija de un famoso médico toledano (Camilo Calleja); Heberlein llegó a inventarse una úlcera gástrica para huir del horror nazi a fin de volver a Toledo antes de malvivir un suplicio (eso sí, algo ‘vip’) tomando una medicina similar a las de tantas víctimas de los nazis (cárceles y campos de concentración).

También es fácil sentirse subyugado por la historia de la caída en desgracia de Hoberlein con los jerarcas nazis, al no lograr su misión de convencer a Franco para que entrase en la segunda guerra mundial. Una brumosa historia de espías, fascistas en una tierra patria que se desengraba en un trágico ensayo de la segunda gran contienda internacional.

El interés del personaje 

‘Objetivo Heberlein’ lo tiene todo para excitar la imaginación y la pura investigación de una posible verdad: la de un personaje cuando menos interesante, casi trágico, paradójico (como todo lo emocionante), un contra-príncipe de las tinieblas nazis cuya enigmática figura a la autora le atrajo, poseedor de una apocada oscuridad que quizá escondiera la luz de una esperanza.

Porque del libro se concluye que la de Erich Hoberlein es una figura opacada, quizá injustamente, por la historia, de una dimensión tan enigmáticamente honda como quizá la de aquel soldado que no quiso darle el tiro de gracia al ideólogo falangista Rafael Sánchez Mazas en la novela ‘Soldados de Salamina’, de Javier Cercas. Son esas historias que componen el reverso de tanta tragedia universal y que son capaces de alumbrar, aún hoy, la esperanza en un futuro mejor.

Y Erich Heberlein, aquel diplomático nazi que dijo ‘no’ al horror, eligió Toledo para su paz.

 

 

Ramón De Juan
Ramón De Juan

Empecé en esto del periodismo algo tarde pero he sido insistente y no lo he dejado. Me especialicé en deportes pero como es norma en esta profesión toco todos los palos. Estudié en la Facultad de Periodismo, me ayudó un Máster en ABC y mi vida profesional casi siempre ha estado ligada a Toledo. Sigo pensando que este trabajo debería seguir siendo el más hermoso del mundo porque no hay nada que nos interese más a todos que contar o escuchar historias.

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