ASAJA Toledo ha pedido que se habiliten, con carácter urgente, ayudas excepcionales destinadas a agricultores y ganaderos que se hayan visto afectados por los incendios, demandando a las distintas administraciones que actúen con diligencia y de manera coordinada a la hora de aprobar medidas efectivas de apoyo a los damnificados.
El sector primario está siendo uno de los más perjudicados por los incendios de este verano en la provincia de Toledo, con pérdidas de pastos para la ganadería extensiva y de parcelas agrícolas, sobre todo de olivar, frutos secos y cereal (rastrojos).
Compra de forraje y pienso
Ante esta situación, ASAJA Toledo urge a las administraciones a destinar fondos concretos, con carácter de urgencia, para los ganaderos para la compra de forraje y pienso y para la restitución de cercados, entre otras actuaciones y, en el caso de los agricultores, para la replantación y recuperación de cultivos agrícolas, así como indemnizaciones por las pérdidas de cosechas.
Al mismo tiempo, la organización agraria insta a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural a que ningún agricultor o ganadero con tierras afectadas por los incendios sufra penalizaciones en la PAC (Política Agraria Común).
Además, la organización agraria considera necesario incrementar el presupuesto y los medios destinados a la limpieza y desbroce de los montes, como el mejor medio de prevención de incendios, así como la reversión de las políticas que impiden una adecuada gestión de estos espacios naturales.
En este sentido, ASAJA recuerda el papel clave de agricultores y ganaderos en la lucha contra los incendios.
Labores como el pastoreo, que mantiene el pasto corto y reduce la carga de material combustible; las tareas de labranza, limpieza de olivares y creación de cortafuegos en los rastrojos tras las siegas, contribuyen a frenar el fuego al actuar como barreras agrícolas que pueden detener la propagación de las llamas.
Así mismo, ASAJA Nacional ha denunciado que la obligación de la PAC de dejar cubiertas vegetales en el terreno en algunos lugares es un “disparate” que pone en riesgo los cultivos, especialmente en zonas de alto peligro de incendios.
Provincia de Toledo
En la provincia de Toledo han ardido más de 3.500 hectáreas, más de la mitad en los términos municipales de Navalmoralejo (810 hectáreas) y Calera y Chozas (unas 1.000). Otros municipios toledanos con daños por incendios han sido: El Casar de Escalona, Escalona, Villamiel, Méntrida y Mascaraque.
La mayor parte de la superficie quemada es de uso agrícola (olivar, frutos secos y rastrojos), o ganadero (monte y pasto bajo).
Además, se han producido daños en infraestructuras como vallados, naves o aperos. En el caso de las explotaciones ganaderas, las más perjudicadas han sido granjas extensivas, aunque también ha habido daños en algunos cebaderos.
Pérdidas en alimentación animal
Las pérdidas en alimentación animal se estiman en una media de 15.000 euros en granjas de 100 animales (solo por los pastos), a lo que habría que sumar el gasto extra en la compra de forrajes y pienso. Además, la reposición de cercados podría suponer en torno a 20.000 euros por explotación.
Además de agricultores y ganaderos, también se han visto afectadas empresas vinculadas al sector primario como es el caso de una deshidratadora de alfalfa de Calera y Chozas, que ha sufrido daños que superan los 300.000 euros entre pacas quemadas y maquinaria y aperos perdidos.
Ayudas anunciadas
Por otro lado, y ante el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de declarar las áreas incendiadas como zona catastrófica (Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil), la organización agraria recuerda que, en casos de catástrofes naturales anteriores, esta declaración no supuso ayudas reales y directas para los afectados, tal y como sucedió en 2021 con la borrasca Filomena cuando, después de aprobar el Real Decreto de declaración de zona catastrófica, éste no se desarrolló y no se pudieron solicitar las indemnizaciones a los productores de olivar que contemplaba, siendo entonces el Gobierno regional el que aprobó una línea de apoyo económico para la recuperación del olivar más dañado.
ASAJA Toledo confía que, en esta ocasión, todas las administraciones centren sus esfuerzos no tanto en el anuncio de ayudas como en implementar los medios para que estas lleguen realmente a los damnificados.
Aparte de la posibilidad de conceder ayudas directas, la declaración de zona catastrófica permitiría ventajas fiscales, entre otras, la exención del IBI, la revisión de los módulos del IRPF o la exoneración del abono de cuotas de la seguridad social, manteniendo la condición de dicho período como efectivamente cotizado.