Varias decenas de vecinos del casco histórico de Toledo salieron a la calle ayer sábado por la tarde en las Cuatro Calles a protestar contra el turismo masivo e invasivo, aprovechando la ocasión además para pedir al Ayuntamiento que el encendido de luces de Navidad empiece el año próximo en la Inmaculada (8 de diciembre), no en noviembre como este año, y que haya actividades en todos los barrios en vez de concentrarlas.
Así, con pancartas que rezaban: «¡Turismo, sí, pero no así!», «tú lo disfrutas unas horas, yo lo sufro todos los días», «el turismo mata a los vecinos», «ruido constante, barrio agonizante», «patrimonio no es mercancía», «sin control ni equilibrio, el casco pierde su brillo», «somos vecindario, no decorado», «turismo consciente, barrio viviente», «¡no cabemos!», estos vecinos protestaron contra un modelo turístico y económico que, como en todo el mundo, les está expulsando literalmente de los centros de las ciudades en favor de un modelo social que los convierte en parques temáticos, convirtiendo sus vidas cotidianas en un infierno insufrible.
Protesta vecinal en las Cuatro Calles de Toledo.
