Una familia de Toledo ha conseguido cancelar la totalidad de sus deudas, que ascendían a 97.871,05 euros, y recuperar su estabilidad económica y emocional gracias a la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad.
La resolución, dictada por el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Toledo el pasado 3 de noviembre, extingue todas las obligaciones pendientes con seis acreedores, entre ellos la Agencia Tributaria, la Tesorería General de la Seguridad Social, Caixabank, Unicaja Banco, Eurocaja Rural y CaixaBank Payments & Consumer.
«No se trataba de caprichos, sino de mantener la luz, la comida o el colegio de los niños»
El origen de la deuda se remonta a una bajada drástica de ingresos en el núcleo familiar, que los llevó a recurrir a préstamos y créditos para cubrir gastos básicos.
“Intentábamos cumplir, pero cada mes era más difícil”, ha explicado uno de los miembros de la familia, quien aclaraba que «no se trataba de caprichos, sino de mantener la luz, la comida o el colegio de los niños”.
Durante años soportaron embargos, intereses crecientes y llamadas constantes de entidades financieras, hasta que decidieron pedir ayuda.
Una segunda oportunidad real: del ahogo económico a la tranquilidad
El caso fue asumido por la Asociación Ayuda al Endeudamiento, entidad especializada en la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad, que acompañó a la familia durante todo el proceso judicial hasta la obtención de la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI).
Según el abogado José Domínguez, responsable del procedimiento, este resultado “no solo libera económicamente a una familia, sino que devuelve su confianza en sí misma y en el sistema”.
“Cuando alguien pierde la esperanza, deja de participar en la economía y en la vida social. Recuperar esa confianza —en el trabajo, en la justicia, en el futuro— es fundamental. La Ley de Segunda Oportunidad no solo borra deudas: devuelve sentido y dignidad”, ha afirmado Domínguez.
El letrado recuerda que la mayoría de los casos de sobreendeudamiento no se deben al consumo irresponsable, sino a circunstancias sobrevenidas como pérdida de empleo, reducción de ingresos o aumento de cargas familiares.
“A veces basta un pequeño desequilibrio para que toda la economía familiar se tambalee. La ley permite restaurar el vínculo de confianza social entre las personas y el sistema”, añade.
Una nueva vida sin deudas
Gracias a la resolución, la familia ha podido reorganizar su economía y vivir sin embargos ni presiones bancarias. “Lo más importante no es solo el dinero, sino la paz y la autoestima”, aseguran.
Desde la Asociación Ayuda al Endeudamiento recuerdan que la Ley de Segunda Oportunidad está pensada para personas de buena fe que, por causas ajenas a su voluntad, han quedado atrapadas en una deuda imposible de asumir.
“Casos como este demuestran que el valor real de una economía está en la confianza entre las personas, no en los números. Cuando una familia vuelve a creer en el futuro, toda la sociedad gana”, ha concluido Domínguez.
