lunes, 20 de mayo de 2024
Sus orígenes se remontan al siglo XI 17/01/2016junio 7th, 2017

Sus orígenes se remontan al siglo XI con la creación del cabildo catedralicio y los documentos que éste empezó a acumular. Pasados los siglos, el Archivo de la Catedral de Toledo -con auténticas joyas documentales en su interior- se ha convertido en una gran herramienta para estudiosos e investigadores.

Manuscrito del siglo XIII sobre astronomía.


De gran valor es su archivo de pergaminos, compuesto por unos 12.000 documentos que, datados desde 1085, representan los fondos más antiguos. En él aparecen privilegios del rey, bulas papales, contratos, donaciones, títulos de nobleza eclesiástica, derechos y posesiones del Cabildo y del arzobispo, pleitos, testamentos…

Otra de las secciones en las que se divide es la que lleva por nombre Obra y Fábrica, en la que se reúnen todos los textos relacionados con la construcción y el funciomaento de la Catedral, «información muy interesante tanto para historiadores del arte como para musicólogos», explicaba Alfredo Rodríguez, técnico del archivo, quien añadía que aquí se da cuenta, por ejemplo, de todos los pagos a personas que trabajaron para el templo primado.

Además, el llamado Archivo Musical contiene cantorales -algunos de ellos libros de grandes dimensiones que necesitaban de atriles especiales- y una amplia colección de partituras. Cuenta Alfredo Rodríguez que en los siglos XVII y XVIII los mejores músicos trabajaban para el rey o para las catedrales. Muchos eran maestros de capilla que, además de dirigir a los grupos de cantores e instrumentistas, componían piezas. Estas composiciones han llegado a nuestros días y están a la espera de que, previsiblemente este año, puedan ser catalogadas.

El Archivo de la Catedral de Toledo también atesora las actas capitulares, sobre las reuniones periódicas de los canónigos y el deán y que reflejan la actividad llevada a cabo por el Cabildo Primado; los expedientes de limpieza de sangre, un total de 3.500 que son fruto de la imposición del cardenal Juan Martínez Silíceo de exigir, desde 1547, demostrar la limpieza de herejía o de judaísmo a cualquier persona que fuese a tomar posesión de un cargo en la Catedral; la documentación sobre las capillas más importantes de la Catedral y de sus miembros; los fondos sobre la contabilidad del templo primado; los textos de la Secretaría Capitular, con documentación sobre la historia del cabildo; y los documentos de la Hermandad de Racioneros, que existió hasta 1851.

UN PERGAMINO DEL SIGLO VIII PEGADO A UNA ENCUADERNACIÓN

Aunque sus raíces se remontan al siglo XI, en la Catedral de Toledo hay escritos incluso más antiguos, como el pergamino de un Apocalipsis del siglo VIII que apareció pegado a una encuadernación de otro manuscrito de siglos posteriores y es que «antiguamente se usaban los manuscritos para reforzar los libros que se iban deteriorando».

Pergamino de un Apocalipsis del siglo VIII que apareció pegado a una encuadernación de otro manuscrito.

Por la riqueza de sus materiales y la decoración, destaca igualmente el Pontifical encargado para las liturgias del cardenal Mendoza que éste regaló a la Catedral. Datado en 1480 se encuentra en unas condiciones de conservación muy buenas en las que se aprecia su calidad en la escritura y en la ornamentación.

De gran valor histórico es el manuscrito de la «Divina comedia» de Dante copiado por el escritor italiano Boccaccio y del cual solo se conservan tres copias: dos que están en Roma y una tercera que está en la Catedral de Toledo. Llegó hasta aquí gracias al cardenal Lorenzana, quien -además de adquirir los libros de la Capilla Sixtina- convenció al sacerdote italiano Celada, un ilustrado del siglo XVIII, para que le donase su importante colección de manuscritos, una colección que acabó en este archivo.

El legado de la Catedral conserva un ejemplar de la Biblia Políglota Complutense encargada por el cardenal Cisneros. De aquí también salió la primera obra teatral en castellano, «Auto de los Reyes Magos» -que actualmente está en la Biblioteca Nacional de Madrid- y guarda muchos textos teatrales y es que hasta el siglo XVII la Catedral fue escenario de numerosas representaciones litúrgicas. 

UNA OBRA EN LENGUA AZTECA, EL PRIMER ATLAS ANATÓMICO…

Los técnicos de este archivo se han encontrado en los depósitos con obras de lo más curiosas, como un libro de evangelios de mediados del siglo XVI escrito en la lengua azteca «náhuatl», cuyo autor fue un dominico que murió en Toledo y que vivió en el convento de San Pedro Mártir; o una serie de libros en chino incluidos en la colección del sacerdote Celada que tratan de la actividad de los jesuitas en China, de filosofía, de poesía…

Aunque dentro de los fondos del archivo predominan los documentos litúrgicos y las cuestiones religiosas, en ellos también tienen cabida otro tipo de saberes: matemáticas, física, medicina, astronomía, veterinaria, lógica, cirugía… en definitiva, reúne un dilatado compendio de los conocimientos de la Edad Media. Entre ellos es digno de reseñar un ejemplar del primer atlas anatómico escrito en 1545 por el médico belga Andrés Vesalio.

(Visited 165 times, 1 visits today)