El moracho Pablo Antonio Martín López ha sido galardonado con el Trofeo Nacional de Folclore Hidalguía 2016 «en reconocimiento a su generosa y encomiable labor en pro del folclore castellano-manchego». Amante del folclore moracho, ha bebido la tradición de su familia materna, cuyos antepasados ya se iban a las quinterías (casas de campo) por las noches para relajarse y divertirse cantando y bailando tras las duras jornadas de recolección de la aceituna.
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Pablo Antonio Martín López lleva casi toda su vida (en la actualidad tiene 38 años) ligado al folclore de Mora (Toledo), no en vano se estrenó bailando en la Fiesta del Olivo a los 12 años, por ello le han concedido el Trofeo Nacional de Folclore Hidalguía 2016, premio que le entregarán el próximo 21 de mayo en la Casa de Castilla-La Mancha, con motivo de los actos del Día de la Región.
Moracho, miembro de la Escuela de Folclore del Grupo de Coros y Danzas de Mora, cuenta que la afición le viene de familia, en su caso materna. Explica además que el folclore en Mora está íntimamente ligado a la recolección de la aceituna, tan arraigada en este municipio toledano. Al respecto ilustra que la tradición consistía en que los recolectores, acabada la dura jornada de trabajo, se iban por las noches a las quinterías o casas de campo, donde cantaban y bailaban. De hecho, el Grupo de Coros y Danzas de Mora hizo un trabajo de campo consistente en recrear una de esas típicas jornadas, que acababan en la Quintería de La Solana, donde, entre un mar de olivos, cantaban y bailaban hasta la noche y rondaban a las mozas, ensalzando un día de recolección.
FUTURO ASEGURADO
Martín López, director de baile de la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folclore, asegura que el futuro de la tradición está asegurado, ya que los más jóvenes siguen conservando la llama viva de costumbres tan milenarias. De hecho, la Federación organiza anualmente unas Jornadas de folclore en la que actúan cuatro o cinco bandas, dirigidas por el propio Martín López, y en el caso de la agrupación moracha, adoptan el cante y el baile tradicionales «a los acontecimientos actuales, haciendo escenografías, con entradas y salidas, con música, de tal forma que ha hecho una boda de Mora, fiestas de quintos y misas manchegas», detalla.
El Grupo de Coros y Danzas de Mora ha editado hasta ahora un disco, «Lo que nos cantaron», y ha participado en festivales internacionales como los de Praga y Aquisgrán.
A lo largo de todos estos años Martín López ha recorrido gran parte de la geografía nacional e internacional con este movimiento cultural moracho, siendo junto con sus compañeros dignos embajadores de la Villa de Mora y cómo no de su oro liquido, el aceite de oliva extra de esta población. Además, el premiado ha sido creador junto con varios compañeros de grupo de la coreografía de tres bailes tradicionales del repertorio moracho: Jota de Bodas, Jota de la Vieja y Jota del Uno.
CREADOR DE COREOGRAFÍAS
Asismismo, a petición del Grupo Revolvedera de Navalcán es el creador de la coreografía del Fandango de la Vera o mas comúnmente conocido como Veratillo, pieza popular del cancionero de varios pueblos de la Vera: Navalcán, Arenas de San Pedro y Candeleda.
En el mes de agosto de 2013 recibió el XXVI Trofeo Nacional de Folclore «Manantial del Vino», en reconocimiento a su generosa y encomiable labor en pro del folklore castellano-manchego. La entrega de este galardón se realizó durante los actos programados con motivo de la celebración del XXXIII Festival Internacional de Folclore «Ciudad de Tomelloso».
El galardonado compagina su trabajo en el sector siderometalúrgico con el cargo de concejal de Festejos y Tradiciones en Mora.