Lo logró. Todo lo que se proponía: acabar el Iroman de Lanzarote y, sobre todo, despejar, si lo hubiese habido, cualquier fantasma del pasado.
Séptimo en el Ironman de Lanzarote
El deportista toledano Pedro Tomé fue séptimo en dicha prueba (en su categoría de edad, los 59 años), tres años después de sufrir un infarto del que, como él mismo se demostró a sí mismo, está plenamente recuperado. Una prueba que lo resultó muy dura por el viento, mucho mayor que en anteriores ediciones.
Explica que le costó sufrirlo, no en balde tuvo que superar dos baches, en la bici y en la carrera a pie. Faltando 15 kilómetros para el final, salvó la prueba «por experiencia y psicología», es decir, comiendo y bebiendo bien, serenándose, pensando solo en acabar el ironman.
Tres años después del infarto, Pedro Tomé intenta la proeza de acabar el ironman de Lanzarote
«Ya lo dije: La psicología hace mucho en esta prueba»
«Ya dije que la psicología hace mucho en el ironman, hasta el punto de que te hace terminarlo cuando no puedes más», explica, y añade: «Estoy muy bien, satisfecho por el trabajo realizado y por haberlo acabado. Acabé la prueba bien y sin percances físicos. El corazón funciona perfectamente, que era lo que me importaba, ya que ese era mi objetivo principal: terminar por eliminar fantasmas del pasado, ver que el corazón responde bien y que yo también lo estoy. Ya no hay dudas ni miedo».
Revela el deportista toledano que el viento le castigó mucho sobre todo en la bici. De los seis Ironman de Lanzarote que lleva, asegura que fue el que menos viento a favor tenía.
Agregó que tuvo un bajón en bici, pero que se rehízo. Se le pasó, comiendo, la tentación de abandonar. Cuando se bajó de la bicicleta para correr, comprobó que en boxes había pocas bicis de deportistas de su segmento de edad, antes de lanzarse a correr con su ritmo habitual de entrenamiento hasta el kilómetro 27. De nuevo bajón de energía pero recurrió a la experiencia: comió y bebió hasta llegar a la meta.

Pedro Tomé, en la carrera a pie.
Nunca vio comprometida su participación en la prueba
Aun con el bajón de energía, algo normal en esta prueba, nunca vio comprometida su participación en la misma. «Había que mantener el ritmo lo más alto posible que podía… y ya estaba. Nunca puse en riesgo mi salud», subrayó.
En cuanto a los tiempos, invirtió 1 hora 7 minutos en la natación; 6 horas y 37 minutos en la bici; y 3 horas 20 minutos en el maratón. Salió en el puesto 20º en la natación, el 17º en la bici y acabó el 7º en la carrera, su fuerte, donde siempre recupera puestos (y, como se ve, muchos).
Su mejor puesto en un Ironman de Lanzarote llegó en 2014, cuando ganó en su grupo de edad, con un tiempo de 10h 6min, aunque sobre el recorrido antiguo de la prueba.
Pedro Tomé sufrió un infarto agudo de miocardio mientras nadaba. No experimentó casi nada hasta que le dijeron que lo había sufrido. Tras el infarto, el médico le dijo que podóa volver a competir ya que el corazón estaba perfecto.
¿Y ahora?
¿Y ahora, qué? Recuperarse bien y participar, a mediados de julio, en el I Triatlón Medio Mundo, en Riópar (Albacete); en julio en el Regional de distancia olímpica, en Cuenca (Triatlón Hoces de Cuenca): y, en octubre, el medio Ironman (ICAN Triathlon) de Gandía (Valencia).
Su séptimo puesto en el Ironman de Lanzarote le dio el billete para el Mundial de Niza, que se disputa en septiembre, pero ha renunciado a la plaza.
Lo importante para Pedro Tomé, que trabaja como entrenador deportivo, es el mensaje que lanza tras su séptimo puesto en el Ironman de Lanzarote: «El deporte te ayuda a estar vivo teniendo calidad de vida y haciendo lo que a uno le gusta».
Lo dice alguien a quien un infarto en toda regla no le dejó una sola herida en el corazón.

El deportista toledano, descansando tras el gran esfuerzo realizado.