El Abanca Ademar retornó al camino de la victoria liguera en casa, después de dos derrotas consecutivas, aunque lo hizo sin alardes ante un inconformista Quabit Guadalajara, que planteó un partido cara a cara en el que la mayor calidad local acabó por imponerse (36-30).
El equipo de Manolo Cadenas volverá a tener una semana endiablada con tres salidas consecutivas, el martes a Austria ante el Fivers, para tratar de dar un paso adelante en la Liga Europea, el jueves a la cancha del Puerto Sagunto, para cerrar el sábado visitando al Barça.
Salió respondón el equipo de Mariano Ortega, que incluso se permitió ventajas en el inicio (2-4), complicando mucho las cosas a un Ademar, de nuevo endeble en su zona central, en el que Gastón Mouriño campó a sus anchas sin que Cadenas acabara de encontrar soluciones.
El pivote del Guadalajara, junto a un efectivo Pablo Paredes, tanto en los lanzamientos como en asistir a su compañero, permitieron a los alcarreños mantener el pulso a un conjunto leonés en el que Milan Gostivic se mostraba más determinante que habitualmente.
Los obligados cambios para oxigenar a su equipo supusieron que el Ademar impusiera su mayor longitud de banquillo, con un Feutchamnn que aportó más coherencia al juego, apareció el contragolpe y los locales lograron abrir una pequeña brecha al descanso (19-15).
La segunda parte mantuvo la dinámica del triángulo Paredes-Mouriño-Pereira como principal argumento en el equipo de Ortega, aunque los locales empezaron a romper el partido en las contras (25-19, minuto 40), obligando al entrenador visitante a parar el partido.
Aunque Guadalajara se seguía mostrando rebelde, sus escasas opciones de entrar en partido chocaron con Ghedbane, que dio la necesaria tranquilidad a su equipo para que iniciara el despegue definitivo hacia un final de intercambio de goles, con más efectividad en los locales, 36-30.