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jueves, 8 de mayo de 2025
La agresión sucedió en un partido de la liga local de fútbol sala de Guadalajara.
La agresión sucedió en un partido de la liga local de fútbol sala de Guadalajara.
Louzán le entregó una camiseta personalizada de la selección - 08 mayo 2025 - Madrid

La Federación Española de Fútbol (RFEF) tuvo un reconocimiento hacia el árbitro de fútbol sala Abdessamad Mokhtar El Kharaifi, agredido gravemente el pasado 29 de marzo al final de un partido de fútbol sala en la localidad de Torija (Guadalajara), según informó el organismo este jueves.

Le entregó una camiseta personalizada de la selección española 

El joven colegiado, nacido en Guadalajara hace 23 años, fue recibido por el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, quien le mostró su apoyo por su labor y le hizo entrega de una camiseta personalizada de la selección española, con motivo de la reunión mantenida con los clubes de la primera división de fútbol sala este miércoles.


Todavía convaleciente y a la espera de su total recuperación, el colegiado agradeció el gesto de reconocimiento del presidente y de la RFEF y pidió que se respete a los árbitros «igual que a cualquier otra persona».

Agreden a un árbitro de fútbol sala, que acabó en el hospital, durante un partido en un pueblo de Guadalajara

A un árbitro también se le debe respetar

«Al igual que a nadie se le ocurre insultar al cajero o al dependiente de una tienda cuando va a comprar, a un árbitro también se le debe respetar. Yo, como juez dentro del campo, no puedo faltarle al respeto a un jugador, a alguien en la grada ni a nadie dentro o fuera del campo. Veo que últimamente se están normalizando las faltas de respeto contra los árbitros y es algo que debería acabarse», afirmó.

Abdessamad Mokhtar El Kharaifi fue brutalmente agredido el pasado 29 de marzo, junto a su hermano cronometrador, a las fueras del pabellón de Torija, por un grupo de personas que el colegiado identificó como jugadores y aficionados del equipo local.

El saldo de la brutal encerrona ha dejado cinco placas en la cara de Abde, a quien rompieron la mandíbula de una patada y a punto estuvieron de hacerle perder su ojo izquierdo, donde el derrame de la herida aún es evidente. Todavía sigue medicándose, con problemas para conciliar el sueño y sufre pesadillas que le recuerdan los golpes que un grupo de desalmados le propinaron.

Efe

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