jueves, 2 de mayo de 2024
31/01/2015junio 8th, 2017

¿Hay algo parecido en otra ciudad que no sea Toledo que un grupo de futboleros apasionados que se reúnan todos los domingos de todos los años, desde hace 54, sin faltar ni uno solo, para jugar todos contra todos, sin descanso, sin árbitro, sin faltas, sea el número de jugadores que sea, sin fueras de juego? Casi seguro que no.
Responden al nombre de «La Gorrona», y no han faltado un solo domingo a la cita con el fútbol más puro.

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Hace efectivamente 54 años un grupo de amigos (de ahora 40 personas) se reunió en los desaparecidos campos de tierra «San Gregorio», en la Avenida de Europa a la altura del imponente edificio de Iberdrola, para echarse un partidito. Y hasta ahora.

La historia de «La Gorrona», porque así se le conoce a este grupo irredento de futboleros, tiene su miga. Por él pasó gente ilustre, como los exatlético Ruiz y Luis Laguna, el ex del Toledo Ángel Gamboa (su portavoz actual) o los ex del antaño equipo Santa Bárbara Heredero, Parra…

«La Gorrona» está organizándose como asociación deportiva, ahora que ha conversado con el concejal de Deportes Alfonso Martín a fin de asegurarse un campo de juego ahora que el de césped de la Escuela de Gimnasia está siendo reformado para habilitarlo también como campo de hockey. No ha habido problema. Tras una llamada que Gamboa efectúa todos los lunes, el campo está garantizado para el siguiente domingo (en el anexo del Salto del Caballo, en Santa Bárbara o en el Polígono), todo antes que faltar a una cita que tiene la friolera de 54 años de edad.

Los partidos, cuenta Gamboa, empiezan a las 9:30 horas y terminan a las 11 horas, pase lo que pase. No hay límite de edad en los futbolistas: el más viejo tiene 60 años y el más joven algo más de 20. El veterano político y exconcejal Antonio Urban (que fue la voz cantante del grupo durante siete años) llegó a jugar con 72 años.

El nombre de «La Gorrona» procede de las piedras redondeadas que aparecían en aquellos campos donde jugaban, repletos de surcos y charcos originados por la lluvia.

Juegan con petos verdes y rojos. Obviamente, los integrantes de tan fiel grupo se van renovando constantemente, pero se mantienen década tras década, hasta convertirse en una de las tradiciones deportivas más permanentes, infalibles de la capital regional. Eso el Ayuntamiento lo sabe y por eso les miman, para que una costumbre tan saludable como dominguera no se pierda nunca.

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