La ultrafondista toledana Maigua Ojeda, quizá, ya no esté «en estado de shock».
Ella misma relataba lo sucedido a ENCLM. En realidad quien se llevó un buen susto, que pudo terminar en tragedia, fue su pareja, el alpinista Javier Guzmán Algarrada. Ocurría en los Alpes italianos: Javier y su amigo Álex escalaban el Montblanc por el pilar del Frenei. Maigua se encontraba más abajo, la necesitaban de apoyo para llevarles hasta el inicio de la ruta y recogerles al final de la misma porque no era circular.
Ocurría cuando Javier y Álex estaban a 300 metros de la cumbre. El segundo pisó un bloque que cayó sobre Javier. «Por suerte pudo reaccionar a tiempo y pegarse a la pared. Si no… le habría aplastado», relataba Maigua, quien añadía: «Ha sido un milagro. Cuando le cogieron, pensaron que tenía rota la cadera».
«El TAC dio que tenía un hematoma profundo a nivel de glúteo medio»
La deportista toledana agregaba: «Le cayó en la pierna un bloque del tamaño de un frigorífico. Creíamos que tenía la cadera rota porque no soportaba el dolor. Le sedaron y milagrosamente los resultados del TAC dieron que es un hematoma interno profundo sangrante a nivel de glúteo medio. Le han tenido en observación y le han dado el alta. Aún no ha pasado el peligro hasta las próximas 48 horas (que se cumplen este lunes) porque dice la médica que se puede complicar y puede darle un trombo o una rabdomiolisis. Nos ha mandado a casa para descansar, pero estamos cerca del hospital».
«Somos muy afortunados, ha sido un buen susto», reconocía la ultrafondista.

Javier Guzmán, maltrecho pero sano y salvo tras el rescate.