Apunten este nombre: Luis González Pérez-Olivares, atleta cadete de 15 años, de Sonseca (Toledo), que acaba de proclamarse por dos veces subcampeón de España de los 1.500 metros obstáculos, y eso que se probó en esta distancia ¡hace solo dos meses!. «Parece que me va bien», comenta. Corre por el Club Atletismo San Ildefonso y es entrenado por Alberto Hornillos.
La joven promesa, en primer término.
Ha comenzado hace nada a correr, hace dos años, y ya despunta de uan manera sobresaliente. Hablamos del jovencísimo corredor sonsecano, de 15 años tan solo, el cadete Luis González Pérez-Olivares, que tras solo dos meses después de probarse en la distancia de los 1.500 metros obstáculos, se ha proclamado en dos ocasiones subcampeón de España de la categoría. Si hay una promesa, es esta.
A Luis González ya le gustaba el atletismo de más pequeño, de cuando soñaba y más tarde empezaba a correr el mítico Cross de Sonseca. En las primeras carreras no lograba destacar gran cosa hasta que más adelante comenzaba a ser segundo o a finiquitar en los primeros puestos. Fue el momento en el que su padre le dijo que, si le gustaba eso del correr, que lo llevaba a Toledo a entrenar. Hecho. A los 13 años echó a correr en las filas del Club de Atletismo San Ildefonso, donde continúa. La progresión es extraordinaria, quedando en segundo lugar en los nacionales celebrados en Cartagena y Granollers, en los torneos por clubes e individual.
Su entrenador es Alberto Hornillos. De momento le va muy bien en los 1.500 obstáculos; el año que viene, ya con 16 años, pasa a categoría juvenil, donde no descarta correr sin obstáculos. Dice esta promesa del atletismo regional y toledano que le gustaría seguir compitiendo, pero tiene la cabeza muy centrada porque asegura que su prioridad más adelante es acabar una carrera universitaria.
Tiene al atleta americano Evan Jager entre sus referencias: «Por la manera en que se faja con los africanos», exlica Luis González Pérez-Olivares, toda una brillante promesa de atletismo regional que quiere seguir disfrutando con lo que le gusta y que al parecer se le da tan bien: correr. Y está en las mejores manos, las de un club señero, el Club de Atletismo San Ildefonso, propio de una tierra, la toledana, tan pródiga en parir buenos corredores.
El corredor, con sus padres.