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19/02/2017junio 6th, 2017

El presidente del CSIF en Castilla-La Mancha, Julio Retamosa, valora las «muy buenas intenciones» del Gobierno de Emiliano García-Page, pero opina que «va todo muy despacio» y cree que la situación de los empleados públicos de la Junta «ha cambiado poco» respecto a la anterior legislatura.

Retamosa se pronuncia así en una entrevista con la Agencia Efe, en la que analiza la gestión del Ejecutivo autonómico y la situación de los empleados públicos tras la vuelta del PSOE al Gobierno de Castilla-La Mancha.


«Es un balance de luces y sombras, la verdad es que yo creo que es un Gobierno que tiene mucha ilusión en hacer las cosas, yo creo que se creen ellos su proyecto, pero que luego todas las cosas que están prometiendo y esos grandes proyectos tampoco se acaban de ver», reflexiona el dirigente del sindicato.

A su juicio, la mejor medida tomada por el Gobierno de García-Page es la apuesta por la oferta de empleo público, que dice que «todavía no se está viendo con toda la fuerza», pero reconoce que «se están recuperando los empleos».

Con el Ejecutivo de María Dolores de Cospedal, señala el presidente regional de CSIF, se perdían «seis empleos públicos al día», mientras que «ahora se están empezando a hacer las primeras ofertas de empleo público», aunque advierte de que las plazas que se convocan son «insuficientes».

También destaca que es «un Gobierno que está de acuerdo con la jornada de 35 horas semanales de los empleados públicos, que quiso que fuera una realidad, pero que el Tribunal Constitucional lo quitó tras el recurso del Gobierno del PP».

«Con este Gobierno estamos de acuerdo en el tema de las 35 horas, en la tasa de reposición, en la oferta de empleo público, se ha recuperado la paga de 2012 que nos debían de la extra y, como medida negativa, que se siga consintiendo el 3 por ciento de recorte en el sueldo», apunta Retamosa.

Con ello, expone que ellos se han ofrecido al Gobierno castellanomanchego para «colaborar continuamente, sin nada a cambio, sin nada de dinero, colaborar para que Castilla-La Mancha sea cada vez más rica, más productiva».

Sin embargo, lamenta que hasta el momento lo único que han recibido son «buenas palabras», pero «nunca una llamada para decir que necesitan del sindicato mayoritario de la Función Pública en Castilla-La Mancha su opinión, su consejo».

«El defecto que yo veo es que se siguen las mismas políticas cerradas de siempre, donde aquí cuentan determinados sindicatos, sindicatos que yo creo que son brazos del propio Gobierno y con la patronal», sostiene el dirigente sindical.

Como ejemplo, apunta que «el otro día» escribió una carta a la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, para quejarse de que al CSIF, «el sindicato mas votado» en esta área, no le había convocado para explicarle los proyectos del departamento, pero sí a CCOO y a UGT.

En este sentido, Retamosa considera «injusto» el «tema de las subvenciones» y que el pasado mes de octubre se dieran 375.000 euros a CCOO, la misma cantidad a UGT y «hasta completar el millón de euros» a Cecam.

Con todo, el presidente regional del CSIF percibe que «hay mucho más diálogo» con el Gobierno castellanomanchego que la pasada legislatura, pero insiste en que no consiguen «todas las cosas» que les «gustaría».

«Cada vez que pedimos una reunión a una consejería no se tarda mucho tiempo en conseguirla y eso era impensable con el Gobierno de Cospedal en determinadas consejerías y pongo como ejemplo la de Sanidad. Con Echániz nadie se reunió jamás, ni unos ni otros», lamenta.

Por otra parte, preguntado por los planes de empleo impulsados por el Gobierno castellanomanchego, Retamosa cuestiona su utilidad, al igual que de la renta básica propuesta por Podemos y, en este sentido, advierte de que hay que evitar que haya «clientelismo» en la comunidad.

«Esto tiene que ser provisional con las personas que lo están pasando mal», considera Retamosa, quien también señala que está en contra de la recuperación del Consejo Económico y Social (CES) y de la Sindicatura de Cuentas de Castilla-La Mancha.

A su juicio, su puesta en marcha de nuevo supondrá «un gasto superfluo» y, además, sobre el CES dice que tiene «sospechas» sobre quién será su presidente.

«Estoy muy mosqueado con eso porque antes estaba muy politizado, recuerdo que el presidente era el que había sido secretario general de CCOO», plantea el dirigente de CSIF e insiste en afirmar que «esto ya huele mucho de lo de atrás». 

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