Se acerca la Navidad, momento de preparar los menús navideños y realizar la cesta de la compra. Castilla-La Mancha tiene una de las mejores despensas del país, con 41 figuras de calidad diferenciada englobadas en la marca Campo y Alma, lo que nos garantiza que podemos llevar a nuestras mesas productos de primera, aunque siempre hay fórmulas para ahorrar en estas fechas de tanto gasto para las familias.
En las 24 denominaciones de origen protegidas (DOP) y las restantes indicaciones geográficas protegidas encontramos un abanico de producto que no pueden faltar en nuestras mesas. Algunos son más económicos, como pueden ser los ajos de Las Pedroñeras, las cebollas con IGP de La Mancha y los espárragos verdes de la IGP de Guadalajara, ideales para todas nuestras preparaciones. En nuestros guisos no puede faltar la miel de La Alcarria, y unos acompañantes ideales pueden ser la nuez de la DOP de Nerpio y las berenjenas de la IGP de Almagro.
Aunque sí hablamos de Navidad hay cuatro productos de Castilla-La Mancha que sobresale. El vino de las numerosas DOP de la región nos ofrece una gran variedad de caldos de diferentes variedades y precios, que se ajustan perfectamente a todos los bolsillos. También ocurre con el queso manchego, puesto que en sus DOP encontramos auténticas delicatessen por menos de 15 euros.
En la IGP Mazapán de Toledo tenemos variedad de sitios para comprar el mejor postre y uno de los más navideños, como estos cuatro obradores que recomendamos en esta información.
Y sin duda un plato estrella que no puede faltar en las cestas de la compra ni en las mesas de Navidad es el cordero manchego con indicación geográfica protegida, criados en los campos de Castilla-La Mancha y que suponen la mejor opción para el plato principal.
Todo ello sin olvidarnos que la mejor forma de cocinar y acompañar estos productos es con los aceites de oliva virgen extra de las cuatro DOP de la región: Campo de Calatrava, La Alcarria, Montes de Toledo y Campo de Montiel.
Un menú de Navidad perfecto con los productos Campo y Alma
El menú podría comenzar con unas berenjenas de Almagro junto con patés o cualquiera de productos de caza que se elaboran en la región. En la mesa de los entrantes no puede faltar un buen queso manchego y un jamón serrano de los que se crían en las dehesas castellano-manchegas. Para el segundo, cordero manchego cocinado con otras de las joyas de la región, los ajos de Las Pedroñeras y el aceite de oliva virgen extra que se produce en muchos puntos de Castilla-La Mancha. ¡Ah! Y no hay que olvidarse del Pan de Cruz de Ciudad Real para acompañar la comida y de la miel de La Alcarria, con la que podremos endulzar nuestros postres.
Aunque claro, «comer sin vino, comer mezquino» se decía en el Siglo de Oro. Y lo podríamos trasladar a nuestros días, porque cómo se entendería en una tierra de vinos no maridar una cena de Navidad con unos buenos caldos de Castilla-La Mancha. Y hay donde elegir, nueve denominaciones de origen en Castilla-La Mancha y una indicación geográfica protegida que producen unos vinos excelentes, de todos los tipos, sabores… e incluso colores… Para estas fiestas se pueden acompañar los primeros platos con blancos y rosados, y en los segundos, ya dependiendo de los gustos de cada uno, se puede elegir entre los vinos tintos jóvenes, crianzas, reservas y gran reserva de Castilla-La Mancha.
