No fue, la última, una buena temporada para el Soliss Águilas de Toledo, el club de rugby femenino de la capital regional, ya que descendió de Primera a Segunda División, pero la manera de encarar el nuevo reto que muestran las dos nuevas entrenadoras, las exjugadoras Bea Carrasco y Sara González, demuestran que son todo un referente, ya que en el deporte cuenta tanto más cómo se pierde que como se gana.
Los valores… Dice Bea (43 años, ingeniera, responsable de calidad en logística aeronáutica) que el rugby «es un deporte chulísimo». Como ella afirma, es duro pero reconfortante, «da unas lecciones brutales» y está integrado por jugadoras que también son amigas fuera del césped. Esto hace que surjan vínculos indestructibles entre las jugadoras: «El 95% de mis amigas provienen del rugby», desvela la entrenadora.
«Lecciones de vida»
«Me ha dado lecciones de vida y las mejores amistades«, zanja Bea.
Por lo que cuentan Bea y Sara, el rugby continúa siendo el mejor exponente de los valores del deporte: honestidad, juego limpio, camaradería tras la batalla, no en balde el famoso «tercer tiempo» (por el que el equipo local invita a beber y comer al equipo visitante tras el partido) se mantiene en plena forma, un bendito tiempo en el que se entierran bajo litros de cerveza todas las posibles rivalidades que hayan podido brotar del césped. ¿Hay mejor final para cualquier partido?
Llama mucho la atención que prime la estricta deportividad en un deporte tan duro: es un contraste llamativo y maravilloso: «Al ser un deporte tan duro, si le añades mala leche puedes hacer mucho daño; hacemos deporte para pasarlo bien, no para enviar a nadie al hospital. Y dentro del equipo, hay que corregir alguna conducta incorrecta», reflexiona Bea. Y es que tanta deportividad no quita que haya provocaciones y piques entre los equipos.
El primer reto que tiene ante sí las Águilas es el «reclutamiento» de nuevas jugadoras, no en vano ha habido seis bajas (y seis jugadoras son duda) y hay un mínimo de deportistas al que hay que llegar para empezar la competición. También una fecha límite. No dudan de que lo van a superar.
Es lo que tiene un deporte tan amateur, que las jugadoras lo tienen como hobby, teniéndolo que compaginar con todo lo demás.

Las Águilas deben retomar el vuelo en Segunda División. Foto: Soliss Águilas de Toledo.
El vaso medio lleno
En cuanto al descenso de categoría, Bea ve el vaso medio lleno: «Es una oportunidad. Al bajar de categoría quizá no haya tanta presión como la había en Primera, donde hay tanto nivel, y además las jugadoras más jóvenes tendrán más minutos», afirma. También para las entrenadoras, que se estrenan dirigiendo, va a ser una buena oportunidad.
Bea, quien dejó de jugar hace dos años y ha estado entrenando tres en la escuela de rugby, cree que el descenso fue una especie de tiro al aire, porque dos puntos en la última jormada fueron decisivos. Número bajo de fichas en las dos últimas temporadas, lesiones y motivos de salud, familiares y profesionales, explicaron el descenso, según Bea.
En estos momentos el rugby femenino vive cierto subidón dado el buen papel que está desempeñando la selección en el Mundial, lo que ayuda a hacer afición. «Hay visibilidad en los medios y en las redes, los estadios están llenos, hay una afición tremenda, estamos todas como locas por las chicas…» comenta Bea, que conoce desde jace 15 años a una de las jugadoras, Lourdes Alameda.
Por último, Bea comenta un aspecto del rugby que mucha gente no conoce, como es su complejidad técnica y el hecho de que, a pesar de ser un deporte de contacto, su primera regla es, precisamente, evitarlo. Por último, señala que es un deporte en alza, al que llegan a él muchos niños y niñas, acompañados por sus padres, «quemados por el fútbol«.

El equipo toledano volverá a medirse a equipos madrileños. Foto: Soliss Águilas de Toledo.
«Aquí venimos a otra cosa»
«Aquí venimos a otra cosa«, sentencia.
Sara González, a la par con Bea Carrasco
Sara González comparte con Bea la dirección del equipo y la misión de «retomar el proyecto». Ella sí jugó la pasda temporada en el equipo y ahora le toca estar a los mandos. La entrenadora cree que la cortedad de la plantilla fue una de las claves de la última campaña, lo que abundó en el cansancio final de las jugadoras.
Sara pone cifras al primer reto de las Águilas, el «reclutamiento»: 14 fichas seguras ante un mínimo de 22 necesarias para la inscripción, «aunque lo ideal serían 30«, subraya la preparadora de un grupo que entrena cuatro horas semanales, martes y jueves, a medio campo en la Escuela de Gimnasia, compartiendo el espacio total con el equipo masculino.
Sara destaca del rugby el hecho de que el balón se pasa hacia atrás y se corre hacia adelante, regla que lo hace un deporte único, y también de que, aun siendo un deporte tan físico, «no es tan lesivo como pueda parecer, la adrenalina que se suelta te engancha, hay respeto hacia el rival y el árbitro y ese fomento de la parte social…», enumera.
Sara emplea una frase muy acertada para explicar el juego limpio del rugby: «Entendemos que sin un equipo contrario no se puede jugar, por eso el respeto hacia el rival debe ser máximo».
El Soliss Águilas de Toledo ya sabe la fecha del inicio de la liga: el 12 de octubre. El 2 de octubre es la fecha límite para la inscripción del equipo. «Somos muy optimistas de cara a poder inscribirnos», finaliza.
51-33: las Águilas de Toledo siguen sin ser un equipo compacto
Contra la violencia en el deporte
La Dirección General de Deportes, de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, quiere fomentar la reducción de los comportamientos violentos y disruptivos en los espacios deportivos, por ello, al igual que ya hiciera con la campaña ‘La grada también juega’ dirigida en su día al deporte escolar, ofrece un decálogo de conductas deseadas y acciones a evitar:
- No permitas la violencia física y/o verbal, es una forma de intentar conseguir ventaja sobre los oponentes.
- Respeta y muestra una actitud de cortesía, dignidad y consideración a todos las/los participantes.
- Actúa con honestidad y sinceridad en todas las circunstancias relacionadas con el encuentro deportivo.
- Valora la participación y el esfuerzo por encima de los resultados.
- Confía en las decisiones de entrenadores/as, jueces y árbitros/as. Todos/as lo hacen lo mejor posible.
- El comportamiento adecuado de ambas aficiones ayudará a generar el clima idóneo para una adecuada práctica deportiva.
- Colabora en promover un ambiente amigable e inclusivo donde todos los espectadores se sientan cómodos.
- Disfruta del juego y celebra los logros de tu equipo de manera positiva, reconociendo el esfuerzo de todos los participantes.
- Si crees que va a excederte, ¡abandona la grada, respira fuera y vuelve con actitud calmada y participativa!