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martes, 23 de abril de 2024
Emiliano García-Page celebra su triunfo electoral
Emiliano García-Page, tras su victoria electoral este 28 de mayo. Foto: Rebeca Arango.
Elecciones en Castilla-La Mancha 30/05/2023junio 1st, 2023 - Toledo
Mar G. Illán Mar G. Illán

El resultado que arrojan las urnas en Castilla-La Mancha, y el del 28 de mayo no ha sido una excepción, se ha ido produciendo a lo largo, al menos, de los últimos cuatros años con discursos, medidas, gestos, noes, síes, aciertos y errores. A veces el éxito y el fracaso es mérito exclusivo de los protagonistas del cartel; otras, simplemente son destinatarios de una bofetada que iba dirigida a otros y que los candidatos no pueden o no saben evitar a tiempo. Es el caso de muchos alcaldes y alcaldesas socialistas que van a perder su cargo por el voto de castigo a Pedro Sánchez. Otros no, claro; simplemente han sido derrotados por un candidato o candidata del PP a quienes sus vecinos han considerado mejor opción.

Las fechas previas a las elecciones son momentos en los que se magnifica lo ordinario y se desorbita lo extraordinario. Es normal, los candidatos son humanos y sus equipos también y se enfrentan a un todo o nada que pone a prueba cualquier temple. Se evitan las sorpresas y errores, porque cuentan más y queda menos tiempo para rectificar y se corre el riesgo de pagar muy caros algunos de ellos. Pero los resultados se van construyendo mucho antes de que llegue la campaña electoral.


Page se había ganado la confianza de grandes capas de la sociedad

En mi opinión, lo que sucedió el día 28 de mayo con Emiliano García-Page y Paco Núñez tiene poco que ver con las últimas semanas y mucha relación con lo que ambos han hecho a lo largo de los últimos años. Page acudió a las urnas como el depositario de la confianza de grandes capas de la sociedad de Castilla-La Mancha. No solo tenía de su lado al electorado natural del PSOE, que había logrado poner de su parte a segmentos de población a priori propicios a otros (seguro que muchos de sus apoyos votarán a Alberto Núñez Feijóo el 23 de julio). Con la memoria aún caliente de la gestión de María Dolores de Cospedal en la función pública, el funcionariado de la Junta se inclinaba de manera importante por el PSOE, conscientes de que nadie a su izquierda o por el centro tenía opciones y temerosos de que la suma de PP y Vox si llegaban al gobierno sería desastrosa para sus legítimos intereses. Algo similar, incluso aumentado, pasaba con el llamado sector social, colectivos de todo tipo que han encontrado interlocución y medidas en un Gobierno que se ha reunido con todo el mundo. Sin duda, el tercer sector no ha visto cubiertas todas sus expectativas, pero la posibilidad cierta de una coalición PP y Vox inclinaba claramente la balanza hacia Page.

A base de visitas, encuentros, contactos, gestiones, captación de empresas, reducción del paro, ayudas y acuerdos diversos, amplias capas del empresariado que opera en CLM (grande, pequeño y mediano) apostaba por Page, con el que se entienden bien y aplauden su permanente desmarque de algunas de las decisiones de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en materia económica y las críticas del presidente castellanomanchego a pactos con nacionalistas y abertzales o las polémicas «ley del sí es sí», rebaja de los delitos de malversación, etc… ¡Qué caro ha pagado el PSOE algunos de sus acuerdos con Podemos, ERC o Bildu! Es general la coincidencia de que Page se ha salvado, en buena medida, por su desmarque total y permanente de esas políticas y alianzas de Pedro Sánchez. Esa postura, muy criticada en sectores del PSOE y de la izquierda, ha abierto a Emiliano García-Page las puertas en fértiles parcelas de voto en la derecha, a quienes Núñez no gusta ni inspira confianza.

Visto lo sucedido en Castilla y León, la izquierda sindical no tenía dudas de qué pasaría con el diálogo social o sus perspectivas si salía un Gobierno con Paco Núñez de presidente y David Moreno de vicepresidente. No estoy diciendo que todo lo situado a la izquierda del PSOE haya dado su papeleta a Page, pero que el voto útil ha funcionado, es evidente.

Núñez generó desconfianza en una gran parte de CLM

Justo lo contrario que llevaba en la mochila Paco Núñez cuando los castellanomanchegos acudieron a votar. El presidente del PP en Castilla-La Mancha no se había ganado la confianza de una parcela relevante de su electorado natural; eso era muy perceptible en un número significativo -cualitativa y cuantitativamente- de empresarios. Tampoco inspiraba fe en estamentos del funcionariado, de sectores sociales, los profesionales autónomos…; hasta tuvo que compartir gran parte del voto agrario con Vox. Así, era imposible que se produjera el cambio que predicaba, ni siquiera sumando con el extraordinario resultado que obtuvo el partido de extrema derecha. Enfangar la campaña con los fotomontajes de Otegui y Page y con filtraciones de asuntos personales de su rival no ayudó a generar mayor fe en sus posibilidades ni en su libro de estilo si alcanzaba la presidencia; al contrario, contribuyó a incrementar la desconfianza y el miedo en sus métodos ante la mínima disidencia pasada o futura, si llegaba al poder.

Dilapidado el apoyo sin precedentes de Génova

La frase «es que el nuestro no llega», referido al candidato del PP en Castilla-La Mancha, la hemos oído todos en esta región mucho antes de que se tradujera en el pobre resultado electoral de Núñez, de los peores del PP si exceptuamos las comunidades donde los «populares» compiten con derecha regionalista como Canarias, Navarra o Asturias. Ni siquiera pudo absorber todo el voto que dejó a la intemperie Ciudadanos. Y eso que logró de la dirección nacional un respaldo en acceso a medios de comunicación nacionales, televisiones y visitas de líderes del Partido Popular que nunca tuvo nadie antes. Salvo Cospedal, que era la secretaria general del partido. El propio Feijóo abrió y cerró campaña en CLM y giró otra visita corta en medio. Ni con esas. Lo dilapidó todo.

En definitiva, es la confianza que Page se había ganado durante años, por diferentes caminos y razones, en amplísimas capas de la sociedad castellanomanchega, lo que le ha convertido en el único socialista con mayoría absoluta en una comunidad autónoma en España y en el presidente con más apoyo después de Isabel Díaz Ayuso (dos puntos) y al nivel de su homólogo en La Rioja, con la salvedad de que solo el socialista tenía una ola de voto contraria a sus siglas. Más de 122.000 votos y 12 puntos sobre su rival, 5 más que los candidatos municipales del PSOE y mayor porcentaje de voto que en 2019 mientras todos los demás cedían respaldo.

Es verdad que algo menos de 1.000 votos separaron al PP del escaño número 13, que sumado a los 4 de Vox les hubiera dado las llaves de la Junta. Con 4.000 más, Page hubiera llegado al escaño 18. Pero el resultado fue el que fue. Para todos. Y no es cierto Núñez perdiera por poco. Es humanamente comprensible el eufemismo explicativo, pero fue una derrota estrepitosa, una debacle, de la que el candidato «popular» es el principal responsable. El PP deberá analizar las cosas como son si quiere poner remedio para la siguiente cita con las elecciones autonómicas.

El aviso de Alberto Núñez Feijóo

Y es la gran desconfianza hacia Núñez y sus pactos lo que provocó su debacle electoral. El propio Feijóo ha ido dejando claro en estos meses previos al 28M, tanto en público como en reuniones del partido puertas adentro, que los candidatos autonómicos del PP tenían manos libres para decidir sus listas y su estrategia. Pero que también serían responsables de asumir en primera persona el resultado. Con este precedente, parece más que probable que Paco Núñez deje de ser el presidente del PP de Castilla-La Mancha después de las elecciones generales; de hecho, poco va a pintar ya en las listas para el Congreso y el Senado del 23J, que quedan en manos de los presidentes provinciales del PP coordinados con Génova.

Los resultados en Castilla-La Mancha

  • Emiliano García-Page (PSOE): 17 escaños, con el 45,03 % y 483.500 votos.
  • Paco Núñez (PP): 12 escaños, con el 33,65 % y 361.155 votos.
  • David Moreno (Vox): 4 escaños, con el 12,83 % y 137.765  votos.
  • Carmen Picazo (CS): 0 escaños, con el 0,99% y 10.676 votos.
  • José Luis García Gascón (UP): 0 escaños con el 4,14 y 44.462 votos.

Fuente: Web oficial: elecciones 2023 castillalamancha , al 98,78% del recuento, que es el último dato publicado.

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