
Al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, también le gusta la fruta. Como a Isabel Díaz Ayuso. Cuando fue elegido para liderar su partido él prometió hacer una oposición de derecha moderada y con sentido de Estado, pero ya ha olvidado esa promesa y ha asumido la política provocadora e insultante de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Hay que recordar que ella llamó «hijo de puta» en voz baja a Pedro Sánchez desde la tribuna de invitados del Congreso, cuando él exponía su discurso de investidura, y después afirmó que lo que había dicho era «me gusta la fruta».
En el PP les pareció muy graciosa la explicación que se inventaron para negar ese insulto de la lideresa al presidente del Gobierno. Tan gracioso les pareció que hicieron camisetas con esa frase y muchos afiliados las han vestido en mítines, congresos y otros del partido.
Parece que a Núñez Feijóo también le hace gracia esa frase. Este último domingo ha difundido un vídeo por su cuenta de Instagram en el que se le ve con otras personas en un bar de A Coruña -adonde le llevaron unos amigos para celebrar que el 10 de septiembre cumple años-. Cantan Mi limón, mi limonero, el tema que popularizó a finales de la década de los 60 el cantante venezolano Henry Stephen. Y, para que no quedara duda de que con esa canción se refiere al lema-insulto de Ayuso, en el vídeo ha escrito «Mi limón, mi limonero. Me gusta la fruta».
Objetivo del PP: frenar la pérdida de votos en favor de Vox
No es esta una forma seria de hacer política, como debería hacer quien es el líder de la oposición y aspira a gobernar España, pero es la que ha elegido Núñez Feijóo para intentar frenar la pérdida de votos que, según pronostican las encuestas, pasarían de su partido a Vox.
Ante esa previsible transferencia de votos del partido de Alberto Núñez Feijóo al de Santiago Abascal, los dirigentes del PP han asumido las políticas de Vox sobre la inmigración y otros asuntos. Y se comportan como si estuvieran en una competición para ver quién dice el exabrupto o el insulto más potente.
Sólo así se puede explicar que Núñez Feijóo, además de asumir el insulto de Díaz Ayuso, haya hablado, por primera, de facilitar la expulsión de inmigrantes residentes legalmente en España si cometen determinados delitos. Antes había defendido la expulsión de los inmigrantes que estén de manera ilegal, como Vox, pero este verano ha dado un paso más y se ha acercado a los planteamientos del partido de ultraderecha.
Aunque sea reiterativo, hay que decirlo una vez más. La oposición puede y debe criticar a Pedro Sánchez y el Gobierno que preside, en lo que hace mal o en lo que no hace. Pero las críticas hay que hacerlas con seriedad y fundamento, no con insultos o declaraciones populistas que solo buscan un titular en los medios de comunicación. No es aceptable la estrategia que aplica el PP: «de qué hablan, que me opongo». Eso no deberían hacerlo los responsables del partido que aspira a gobernar en España.