Agustín Yanel
Muchos dirigentes y cargos públicos del Partido Popular han dicho, sin ruborizarse siquiera un poco, que en el robo de la caja fuerte de una oficina de Correos en Fuente de Cantos (Badajoz), en la que había 14.000 euros y 124 sobres con votos enviados por correo, hay una operación organizada para alterar el resultado de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. «Están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos», ha declarado la presidenta regional y candidata a la reelección, María Guardiola, y tampoco se ha ruborizado.
El robo se produjo en la madrugada del día 18, jueves. Pocas horas después, la Guardia Civil lo atribuyó a delincuentes comunes que también han robado en oficinas de Correos de otras localidades, de las que se llevaron diverso material pero no sobres con votos.
Los votos robados fueron encontrados y esos electores repitieron la votación
La caja fuerte fue encontrada ese mismo jueves, calcinada, y los sobres de los votos estaban esparcidos a su alrededor. En menos de 48 horas, funcionarios de Correos visitaron a las personas que habían votado por correo y 122 de ellas volvieron a votar con todas las garantías.
Pero al PP no le venía bien que el robo haya sido obra de delincuentes comunes, como ha dicho la Guardia Civil, ni que esas personas hayan podido volver a votar. También pasaron por alto que entre los 124 votos robados los habría para el PP pero también podría haber otros para el PSOE, Vox, Unidas por Extremadura (la alianza de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde) u otras candidaturas.
Aceptar lo que dijo la Guardia Civil les impediría poder criticar por este robo a Pedro Sánchez y el Gobierno. Y el mismo jueves, cuando ya se sabía todo eso, se lanzaron en tromba a hacer declaraciones insinuando, sin ningún fundamento, que el robo podría ser un intento de pucherazo. Es probable que las carcajadas se estén escuchando todavía en toda la comunidad extremeña. Podría parecer que el aluvión de declaraciones de los dirigentes populares ha sido una broma, pero no lo es: que desde el partido que aspira a seguir gobernando en Extremadura y a hacerlo en España insinúen un intento de pucherazo, sin tener ni un mínimo indicio, es una grave irresponsabilidad.
María Guardiola: «Nos quieren silenciar, quieren elegir por nosotros»
La presidenta y candidata María Guardiola -que se negó a participar con los otros tres candidatos en el debate que organizó TVE, que durante los últimos días de la campaña apenas tuvo actos electorales y que no ha concedido entrevistas a la mayor parte de los medios que la solicitaron- se apresuró horas después del robo a grabar un vídeo y lanzarlo por las redes sociales, con estas afirmaciones: «Nos están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos. Alguien quiere que los extremeños no tengamos derecho a decidir. Alguien está dinamitando los cimientos de nuestra libertad. Nos quieren silenciar, quieren elegir por nosotros, quieren robarnos nuestro futuro».
Alberto Núñez Feijóo, su número dos Miguel Tellado, la portavoz del grupo parlamentario de Congreso Ester Muñoz, el secretario del PP en Extremadura Abel Bautista y otros dirigentes y cargos se apuntaron a esa estrategia, y han insistido en declaraciones similares, incluso después de las afirmaciones de la Guardia Civil y de que se hayan repetido esas votaciones. Les da igual. Instalados en la sobreactuación y en la crispación, como demuestran cada miércoles en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso, ¿por qué no van a mantener unas insinuaciones de intento de pucherazo, aunque no tengan el más mínimo indicio para decirlo?
Ya puestos a mantenerse en esa estrategia, no solo han hecho declaraciones insinuando una operación de pucherazo organizada por no se sabe quién, sino que han pedido que comparezcan el Congreso, para dar explicaciones sobre ese robo, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el presidente de Correos, Pedro Saura.
El PP contradice a la Guardia Civil
Y no solo eso. La portavoz del grupo del PP en el Congreso, Ester Muñoz, y otros seis diputados han registrado un escrito con preguntas sobre el robo dirigidas al Gobierno en el que, sin aportar ningún dato o indicio que lo justifique, afirman: «Todo hace pensar que se trata de una estrategia perfectamente organizada, no de una cuestión puntual, con el único objetivo de llevarse el voto por correo».
Cada cual puede hacer el ridículo como quiera. Pero, en este caso, el PP lo ha hecho de tal manera que en el partido hay quien teme que este y otros errores cometidos en los últimos días de la campaña les aleje de la mayoría absoluta que estaban rozando, según todas las encuestas y, si ganan, necesiten a Vox para gobernar.