
Declarar en tu currículum que tienes tres licenciaturas en otras tantas carreras universitarias cuando no has terminado los estudios en ninguna no es equivocarte: es mentir. Eso es lo que ha hecho Noelia Núñez, que hasta hace unos días era diputada del Partido Popular, vicesecretaria de Movilización y Reto Digital, por una reciente decisión de Alberto Núñez Feijóo y portavoz de su partido en el Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid). Acababa de entrar en el Comité de Dirección Nacional, pero, tras ser descubierto su engaño, ha dimitido de todos los cargos y ha dejado su escaño en el Congreso.
En su ficha personal en el Congreso de los Diputados declaró que tenía el «doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de la Administración Pública». En el Ayuntamiento de Fuenlabrada dijo que empezó a estudiar Derecho en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) pero después pasó a estudiar Filología Inglesa en la UNED, lo que no figura en su ficha del Congreso.
Currículums con títulos universitarios que no tiene
Y algo más: en su currículum de la Universidad Francisco Marroquín, donde colaboró como profesora, constaba que tiene «una licenciatura en Derecho por la Universidad Central de Missouri» y el título en Filología Inglesa. Cuando este asunto ha salido a la luz pública, esa universidad ha aclarado que la licenciatura en Derecho corresponde a la Universidad Complutense de Madrid, cuyas siglas UCM había confundido con la de Missouri. La exdiputada del PP tampoco tiene esos títulos.
Si alguien declara en su currículum que ha terminado una carrera en una universidad concreta, y lo hace constar cuando empieza a ocupar un cargo público, es muy difícil creer que se trata de una mera equivocación. Es imposible aceptarlo. Esa persona, ¿ha olvidado en qué universidad estudió? ¿No sabe si terminó la carrera o la dejó antes?
El sentido común dice que, salvo en un caso de amnesia por enfermedad, no es posible ese olvido. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua no deja lugar a dudas al definir la mentira «Mentir: decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa». Y, para que quede todavía más claro, añade que mentir es sinónimo de engañar, fingir, falsificar, inventar…
Noelia Núñez, de 33 años recién cumplidos y que ocupa cargos públicos desde que tenía 23, no se equivocó al poner en sus distintos currículos títulos de carreras universitarias que no tiene; lo que hizo fue mentir, engañar, inventarse licenciaturas que no posee. ¿Por qué motivos actuó así? Solo ella lo sabe, y solamente los psicólogos pueden explicar esta conducta de algunas personas que ocupan cargos públicos. Pero no debería seguir diciendo que se equivocó, porque eso no es creíble.
Hay quienes se sienten inferiores a otras personas si no tienen un título universitario, aunque sus capacidades sean elevadas. Esto también ocurre en la vida política. No se sabe si Noelia Núñez piensa esto de sí misma, pero lo cierto es que era un valor emergente en el PP y la pieza clave del partido en redes sociales, y ha acabado con su carrera política por poner en el currículum datos falsos.
PSOE y PP vuelven a utilizar la estrategia del «y tú más»
Este caso, como otros, está siendo utilizado por el PSOE y el PP para poner en marcha la conocida estrategia del «y tú más». Entre los socialistas también ha habido cargos públicos que han tenido que dimitir por distintas irregularidades, claro que sí. Pero que el PP se agarre ahora a eso como a un clavo ardiendo, para decir que ellos actúan con más rapidez que su adversario político, pedir dimisiones de cargos públicos socialistas y seguir manteniendo que Noelia Núñez ha dimitido porque «se equivocó», es tomar a la ciudadanía por tonta. También lo es cuando lo hacen en el PSOE.
No tiene ningún sentido aprovechar este caso para debatir ahora si hay que tener un título universitario para llegar al Parlamento. Lo que hay que pedir a todos los políticos, tengan o no una carrera universitaria, es honradez, que no mientan y que respeten a la ciudadanía, a quienes les votan y al resto. Unas personas están más preparadas que otras, son más inteligentes y tienen más capacidad intelectual; pero todos los hombres y mujeres merecen que no les traten como si fueran inferiores, y esto es lo que deduce de la manera en que actúan algunas personas dedicadas a la vida política.